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 jueves, 16 de octubre de 2003

La pobreza y desigualdad, el eje de la crisis

María Isabel Rivero

Washington. - Los analistas políticos consultados en Washington apuntan a los altos niveles de pobreza, desigualdad y exclusión social en Bolivia como explicación última para las protestas masivas que reclaman la renuncia del presidente Gonzalo Sánchez de Losada. "No hay que limitarse a mirar al gasoducto por Chile, que fue la gota que desbordó el vaso, sino a la crónica e histórica situación de pobreza de las mayorías indígenas bolivianas, que han pedido ser incluidas y nunca han sido escuchadas", dijo el analista John Walsh, de la Oficina de Washington para América latina (Wola, en inglés).

Bolivia es el país más pobre de América del Sur, y América latina es la región con las mayores desigualdades del planeta, incluso contando Africa, de acuerdo con datos del Banco Mundial. Indices de medición social de la pobreza como la tasa de mortalidad infantil, malnutrición infantil, o asistencia profesional en el parto, muestran que Bolivia tiene mayores problemas de desigual distribución de la riqueza y el ingreso que el resto de la región, según los indicadores del Banco Mundial 2002.

Por ejemplo, el quinto (20%) más pobre de los bolivianos tiene una tasa de mortalidad infantil más alta que la de Haití, Kenia, Nigeria y Camerún, pero el quinto más rico del país tiene tasas comparables a las del mundo desarrollado.

Diversos especialistas y cientistas políticos, como el director del Consejo de Asuntos Hemisféricos, Larry Birns, pusieron énfasis en el fracaso de las políticas neoliberales en cuanto a reducir la pobreza y lograr una distribución más igualitaria del ingreso nacional. En ese contexto, Birns, Walsh y otros analistas defendieron el derecho del pueblo boliviano a protestar contra el gobierno del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada. "Deploramos el uso de las Fuerzas Armadas por parte del gobierno para reprimir las protestas, y el uso de la violencia que aparentemente ya mató a más de 50 personas desde el sábado", dijo Walsh.


Preocupación compartida
La preocupación es compartida por la organización de derechos humanos Human Rights Watch, que dijo que "con esta escalada de violencia, Bolivia está al borde de una catástrofe". Human Rights Watch dijo que para "evitar más consecuencias trágicas, el gobierno debe ordenar al ejército a actuar con moderación e investigar profunda e imparcialmente las muertes de los últimos días".

Por otro lado, Walsh destacó la necesidad de que EEUU clarifique el comunicado del Departamento de Estado en que expresó que apoya el "orden constitucional" en Bolivia. "Los manifestantes están urgiendo a la renuncia del presidente pero no piden un gobierno no democrático. Ellos quieren que renuncie el presidente y esperan que asuma el vicepresidente, que es lo que establece la Constitución, quizás en forma de presidente provisional. Eso es constitucional", insistió.

"Creo que EEUU debe clarificar lo que entiende por orden constitucional, de tal manera que esta situación no se vea como una crisis del todo o nada. Si hay una manera pacífica de resolver esto que no implique una ruptura con el proceso constitucional, creo que EEUU puede ser flexible", opinó. (DPA)

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