 | martes, 14 de octubre de 2003 | Más de 800 músicos, paracaidistas y bailarines se adueñaron de los aplausos Una multitud participó ayer del festival de bandas militares en el hipódromo La gente cantó marchas castrenses y temas populares A pura música. Una multitud se congregó ayer en el Hipódromo Independencia para disfrutar del II Festival de Bandas Militares, donde más de 800 músicos de distintas reparticiones castrenses, dos conjuntos civiles de las ciudades de Victoria y Rosario, varios centros tradicionalistas locales y seis paracaidistas se encargaron de dar ritmo y color a lo que se transformó en una gran fiesta popular. El evento fue presidido por el intendente Hermes Binner y distintas autoridades militares.
El espectáculo arrancó bajo un sol radiante y con el ingreso de un granadero, quien montado en su caballo tocó el clarín frente a las tribunas colmadas de gente que respondieron con vivas y aplausos. Luego fueron entrando a la pista de carrera el resto de las diferentes agrupaciones que participaron del encuentro, como el Regimiento de Infantería de Patricios; el Colegio Militar de la Nación; el Liceo Militar General San Martín; la banda Ituzaingó; el comando del II Cuerpo de Rosario y el equipo de paracaidistas del comando de Córdoba.
Con puntualidad castrense y en medio de un gran despliegue de seguridad, el público entró, salió e incluso acampó de a ratos en las elegantes instalaciones del hipódromo, desde donde disfrutó del evento.
A mitad del espectáculo se anunció la llegada de un avión que transportaba al equipo de paracaidistas. En silencio, miles de ojos se elevaron al cielo para seguir en vivo y en directo las piruetas de los acróbatas castrenses, que hicieron gala de una gran destreza profesional.
En pocos segundos, seis hombres se tiraron del avión con paracaídas que lucían colores celeste y blanco y uno de ellos hasta desplegó una gran bandera argentina mientras sobrevoló el parque.
Haciendo semicírculos, uno a uno fueron dirigiendo el aterrizaje en medio de los gritos y vivas de la tribuna. Y con cada llegada a tierra firme, el público aplaudió con alegría.
"Me enteré por el diario y vine porque me gusta mucho la música, yo integro un coro y decidimos venir a disfrutar de esta fiesta", comentó Oscar Didone, de 23 años y empleado de un sanatorio privado.
A pocos metros, Adela Dimarco, de 75 años, no disimuló su entusiasmo. "Esto es fantástico, un espectáculo maravilloso, la verdad tendría que hacerse más seguido", aseguró.
Alternando las marchas castrenses con temas populares, las bandas musicales no dejaron géneros por interpretar. Los más conocidos fueron también entonados por el público y más de un director de orquesta se dio el lujo de bailar sobre el escenario.
Finalmente entraron los centros tradicionalistas para bailar un gigantesco Pericón Nacional con más de 80 parejas de todas las edades. En ese momento, los gritos de "viva la patria" se repitieron en todas las tribunas, con bombas de estruendo de fondo y una gran suelta de palomas mensajeras.
El festival se había realizado por última vez hace tres años y debió ser suspendido luego a raíz de la crisis económica que azotó al país. Pero ayer, las bandas militares volvieron a Rosario. "Si no hay problemas de dinero, la idea es que este festival se haga todos los años, como se hace en otras ciudades", dijo ayer Binner rodeado de gente. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Las bandas desataron una verdadera fiesta. | | |