Lo que dejó la fecha: Más entonados, imposible

Miguel Pisano / Ovación

Cuánto hace que Rosario Central y Newell's no llegan a un clásico con semejante grado de motivación? Un montón. Los canallas escoltas, los leprosos esperando dar el zarpazo para igualarles la línea, el fútbol rosarino agradecido por el éxtasis que sus hijos dilectos les regalan. Todo les cuesta bastante, mucho menos que a Boca por ejemplo, pero ahí están. Deseosos que el equipo de Bianchi no le gane a Banfield el miércoles para llegar con la ilusión de que no es inalcanzable.

Y hay que ganar, claro, de nada sirve especular con el empate. No sólo porque el excelente cambio de reglamento en el que el ganador recibe 3 puntos en vez de 2 le quitó peso al valor de la igualdad, y por ende atacó la raíz de la conveniencia, sino porque de verdad hoy Newell's y Central precisan la victoria para que el sueño no se les esfume. ¡Qué mejor condimento que ese!

En las huestes del Bambino Veira están más obligados. Si no suman de a tres difícilmente el pronóstico del técnico, de que van a perseguir a Boca hasta el final, se pueda concretar. Es que el torneo doblará el codo este fin de semana y empiezan los partidos definitorios. Y un tropiezo es de difícil remontada.

Para el conjunto de Russo las cosas no parecen tan complicadas si no gana. Allí dependerá de lo que pase con Boca en estos dos encuentros, de local con Banfield y de ¿visitante? ante Chicago (en cancha de Vélez), que parecen no muy complicados. Si los xeneizes suman los 6 puntos, entonces sí que a Central no le quedará otra que vencer.

Claro, se podrá decir que hay que hacer la de Merlo e ir paso a paso y que canallas y leprosos están en inferioridad de condiciones respecto a Boca, o a River que viene levantando despacito y es siempre de cuidado. Pero a esta altura del torneo, cuando el fin de semana empezará la segunda mitad, ¿por qué no ilusionarse con pelear el título como en los finales de los 80 y principios de los 90? ¿por qué no animarse a centrar allí el objetivo? O acaso el poderío de los dos más grandes no fue siempre una constante.

Newell's y Central hicieron lo que debían, venciendo con autoridad a Gimnasia y Estudiantes, como para jerarquizar aún más el próximo choque en el Coloso del Parque. Desde hoy los días correrán lentos, porque está claro que el pueblo futbolero rosarino quisiera jugarlo ya.

Excepto Boca, que parece estar en otro planeta y resuelve las cosas fácilmente (y cuando no lo logra, no pierde), los conjuntos de esta parte del mapa están en el grupo de elite, con San Lorenzo y Quilmes entremezclados. Y no hay motivos para pensar que abandonarán el primer tercio de la tabla.

Claro, quizás desde el próximo fin de semana alguno resbale un poco pero más allá de algunos altibajos, rojinegros y auriazules vienen mostrando que están para la pelea importante en un torneo de no muy alto vuelo. Enhorabuena para un fútbol que hace rato está necesitados de alegrías fuertes.