| lunes, 13 de octubre de 2003 | Sigue la polémica por la utilización de terrenos ubicados en la ribera del Paraná El Sindicato Municipal también tiene playa en la costa pero restringe su uso El río da para todo. A los clubes náuticos y guarderías se suma además un boliche asentado sobre pilotes Diego Veiga / La Capital La costa está llena de sorpresas: boliches bailables suspendidos sobre el agua, carteles que prohíben acercarse a terrenos públicos y algunos clubes que disfrutan de la privacidad de playas que supuestamente deberían ser utilizadas por todos los rosarinos. Como las que tiene el Sindicato Municipal que hasta colocó un cartel que reza "Propiedad privada. No desembarcar".
Según explicó el presidente de la comisión de Planeamiento del Concejo, Oscar Urruty, "el camping del Sindicato Municipal (ubicado a metros del parque Alem) tiene una cesión precaria para utilizar los terrenos que ocupa sin pagar canon", pero dejó en claro que esas tierras "pertenecen al municipio".
Lo mismo sucede en los predios que ocupan, entre otros, los clubes Rosario Central, Regatas y Remeros Alberdi, problemática que hace unos días está en debate. Mientras la Intendencia estudia cómo recuperar terrenos públicos para que los rosarinos puedan acceder al río sin inconvenientes, un grupo de clubes náuticos busca que el Concejo les permita seguir utilizando esas tierras durante 20 años más y sin pagar canon.
Al menos eso es lo que solicitó la Unión de Clubes de la Costa (UCC) -una entidad que nuclea a más de una decena de instituciones que ocupan terrenos públicos en la ribera local- en el Concejo. El pedido levantó una polémica inusitada a la que también se sumó el intendente Hermes Binner, quien señaló que "hay clubes que hicieron ocupaciones indebidas de la costa" y remarcó que "todos los rosarinos tienen derecho a ver el río".
Lo cierto es que si se navegan los 12 kilómetros de costa con las que el Paraná baña los terrenos que se extienden desde el bulevar 27 de Febrero hasta el balneario La Florida se pueden descubrir situaciones interesantes.
A lo largo de la ribera del Paraná se suceden guarderías náuticas, entidades de pescadores, silos abandonados, cerealeras en actividad y un grupo de clubes. Nadie cumple con una ley que obliga a dejar 35 metros libres desde la costa para que, entre otras actividades, la gente pueda acceder al río (ver aparte).
La Capital recorrió la costa a bordo de una lancha para conocer de cerca qué hay debajo de las barrancas o detrás de las puertas de clubes náuticos a los que la mayoría de los rosarinos no puede ingresar. Y en medio del debate sobre el uso que debe darse a los terrenos municipales en los que hoy se asientan distintas entidades, este diario pudo encontrar además algunas perlitas.
El viaje comenzó a la altura de 27 de Febrero. Allí la geografía está dominada por viejos silos y galpones que pertenecen a terrenos portuarios. El primer club que disfruta de un balcón al río es el Náutico Rosario, que se asienta sobre terrenos municipales pero firmó un convenio con la Municipalidad en julio de 2000 para utilizarlos.
Distinto es lo que sucede con el Club Ministerio de Obras Públicas que no reconoce la propiedad municipal de los terrenos sobre los que se asienta y dirime la cuestión en Tribunales.
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