Cotejarán la secuencia de ADN de las mujeres muertas con la de los detenidos

Una pareja de vecinos quedó presa por el crimen de las dos hermanas

Son pacientes psiquiátricos, de condición humilde. El tiene 38 años y ella 43. El día después fueron a Buenos Aires

Una pareja de vecinos se transformó ayer en la principal pista para los investigadores encargados de esclarecer el doble crimen de las hermanas Pérez Villalón ocurrido la semana en barrio Sarmiento. Los dos imputados son pacientes ambulatarios del hospital neuropsiquiátrico Agudo Avila, tienen antecedentes penales y fueron detenidos el jueves a la noche en un departamento del barrio Fonavi de Larrechea y Casiano Casas luego de haber permanecido los días posteriores al homicidio en Buenos Aires, donde participaron en una ceremonia del rito umbanda.

Los acusados son Eduardo Tasca, de 39 años, y Mónica Giménez, de 43, quienes viven a sólo a tres casas de distancia de la vivienda de Samay y Elvira Pérez Villalón. La jueza Raquel Cosgaya se proponía indagarlos anoche o, a más tardar, esta mañana. Según trascendió, se habrían declarado inocentes en el hecho. Y la motivación criminal habría sido el robo de dinero.

Las hermanas de 71 y 73 años fueron encontradas asesinadas a golpes el sábado último a la tarde. Los exámenes de los forenses determinaron que los asesinatos se habrían producido el miércoles 24 y que las víctimas fueron salvajemente atacadas. Los investigadores comenzaron a trabajar en el tema bajo la hipótesis de que a las mujeres las mataron porque se resistieron a entregar unos ahorros que guardaban.

"Los testimonios de varios vecinos de la cuadra comenzaron a orientarnos hacia una pareja que vive a pocos metros del lugar del crimen. Es una pareja que tiene problemas psiquiátricos y que también estuvo presa por cuestiones de drogas y delitos comunes", apuntó el comisario José Luis Juárez, jefe de la Brigada de Homicidios. La policía comenzó a atacar cabos en base a los antecedentes psicológicos de los sospechosos.

"La forma en que fueron asesinadas las mujeres coincidiría con el perfil de estas personas que aportaron los vecinos del barrio. Además, un informe preliminar del Hospital Agudo Avila los definió como pacientes muy violentos", agregó el oficial. La fuente precisó que Mónica y Eduardo se habían conocido en ese nosocomio cuando acudían a las entrevistas periódicas con los profesionales que los atendían. También acotó que ambos tenían entradas en la policía por causas relacionadas con drogas y robos.

Pero el dato que más llamó la atención fue que al día siguiente de producidas las muertes, la pareja viajó a Buenos Aires siendo que "no tenían ni para comer", según graficó un vocero policial. Los concubinos son de condición muy humilde y, de acuerdo a los datos aportados por la investigación, era habitual verlos pedir dinero y hasta alimentos a los vecinos. Por eso, los detectives comenzaron a rastrear sus pasos y así establecieron que muy pocas horas después habían partido hacia Buenos Aires para asistir a una ceremonia de rito umbanda.

Eso ocurrió el jueves 25 y regresaron el lunes 29. Pero en lugar de volver a la vivienda de calle 8 de Noviembre al 500 se instalaron en el departamento de un familiar ubicado Larrechea y Casiano Casas. La policías lo ubicó el jueves a la tarde y la jueza Raquel Cosgaya, en base a los indicios que le acercaron los investigadores, ordenó la detención de ambos. Según trascendió, los sospechosos rechazaron los cargos y dijeron ser inocentes, pero la policía asegura tener testimonios importantes que "se contradicen con la versión que brindaron los acusados".

Por el momento, la magistrada mantiene el secreto de sumario en las actuaciones mientras se esperan los resultados de pericias realizadas en manchas de sangre y cabellos hallados en la escena del crimen para poder compararlos con el ADN de los imputados.

La casa de las hermanas Pérez Villalón.