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 lunes, 29 de septiembre de 2003

El caso Storni "está llegando a la etapa final", dijo Guntern

Santa Fe. - "Harto" y esperando que "todo esto termine", el cura José Guntern, hombre clave en el caso Storni, acaba de regresar de un retiro espiritual al centro de la atención mediática. "Las cosas se van definiendo para bien de la Iglesia, porque hay que defender la institución de quienes, con actitudes ponzoñosas, quieren dañarla. La gente está contenta porque las cosas van llegando a la etapa final, en un proceso que tendría que haber sucedido hace rato", dijo el jubilado párroco de San Roque, de 82 años.

El padre José Guntern volvió a ser protagonista principal del mayor escándalo que recuerde la Iglesia Católica desde que se conoció el segundo procesamiento dictado por juez Eduardo Giovannini en contra del ex arzobispo Edgardo Storni.

El juez que ya había procesado por presunto abuso sexual al sacerdote actualmente radicado en La Falda (Córdoba) consideró que hay una alta probabilidad de que Storni haya instigado a sus colaboradores para que mediante presión y amenazas induzcan al anciano Guntern a retractarse de declaraciones a la prensa en las que había revelado cómo un seminarista le contó que el arzobispo había querido darle "un beso sexual".

Más allá de que la revelación de Guntern terminó siendo esencial en la investigación judicial, también lo fue el apriete del que fue víctima por parte de los vicarios de la Iglesia, tal como él mismo denunciara a la policía. Eso dio lugar a otra causa que, ahora unificada con la principal, terminó en este segundo procesamiento y un embargo por 10 mil pesos contra Storni.

El anciano padre Guntern ganó una notoriedad que ha excedido largamente las fronteras de su parroquia. Cuando se supo que las más encumbradas autoridades del Arzobispado lo habían presionado y obligado a firmar un acta de retractación se sucedieron manifestaciones callejeras de fieles que salieron a respaldarlo en lo que fueron las más grandes manifestaciones espontáneas en apoyo a un miembro del clero local.

El jubilado párroco de San Roque dijo estar rezando a Dios por Storni, de quien dijo que le da "mucha pena" y por quien siente "compasión", pero no pudo ocultar su tristeza por todo lo sucedido. "No quiero que me llamen a declarar, que la prensa me pregunte...", confesó, y confió que en realidad había "huido" a Rafaela en busca de alivio.

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