 | lunes, 29 de septiembre de 2003 | Comenzó el encuentro en el parque Independencia Veinte escultores "desnudan" su trabajo en la plaza del Foro Hasta el sábado próximo se podrán visitar los stands donde se producen obras en piedra, madera y metal El trozo de piedra amenazaba convertirse en un pájaro, o en un ángel. Pero hasta ayer no era más que un trozo de piedra que Paulo Aguinsky recorría insistentemente con su amoladora. El brasilero es uno de los 20 artistas que participan del XI Encuentro Internacional de Escultura que comenzó anteayer en la plaza del Foro del parque Independencia.
El sábado próximo, cuando finalice el evento, Aguinsky dejará lista su obra. Y el público y el resto de los 20 escultores deberán elegir quién se lleva los tres primeros premios y las menciones que entrega el Círculo de Escultores Rosarinos (CER).
El XI Encuentro Internacional de Escultura no presenta muchas diferencias con sus ediciones anteriores. Como en el 2002 o en el 2001, la consigna es siempre la misma: los escultores que participan deberán hacer una obra en una semana, los materiales empleados pueden ser piedra, madera o metal, los artistas no podrán tener asistentes más que para mover estructuras pesadas, y el proceso de creación debe transcurrir a la vista de todos, tanto expertos como curiosos.
Y este último punto fue el que imprimió al encuentro su espíritu y lo hizo trascender no sólo en Rosario, sino internacionalmente. "Los artistas que vienen del exterior tienen mucha expectativa porque saben que se exhiben obras de calidad y también porque el público participa activamente", aseguró la coordinadora del encuentro, Carina Beltrame.
En ediciones anteriores se presentaron escultores de Japón, Francia, Bélgica y Corea del Sur, entre otros países. Esta vez, de los 20 escultores participantes, 8 son rosarinos, 4 son de otras provincias argentinas, y 8 llegaron del exterior.
Beatriz Carbonell Ferrer es española y ocupa uno de los stands que recorren la plaza del Foro, en Pellegrini y Oroño. Trabaja frente a un trozo de granito donde espera plasmar el pie de un feto. "Es la primera vez que estoy en Argentina y me parece emocionante. La gente se para, pregunta qué es lo que estoy haciendo, qué quiero hacer y cómo lo hago", indicó la escultora.
Es que uno de los objetivos del encuentro es expulsar el proceso creativo de los límites del taller. "No es fácil, pero te ayuda a reflexionar sobre la obra y si lo que estás haciendo representa efectivamente la idea que tenías", explicó Carbonell Ferrer.
El público tampoco está exento de sorpresas. "Estamos acostumbrados a ver esculturas. Y rara vez uno imagina el esfuerzo que demandan, como si fueran sólo obra de la inspiración y no del trabajo", comentó una familia mientras recorría el paseo. enviar nota por e-mail | | Fotos |  | Los escultores hacen sus obras ante el público. | | |