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 domingo, 28 de septiembre de 2003

Sostiene que están dadas las condiciones para el despegue
Curia: "Para crecer resulta necesario afirmar una política monetaria expansiva"
Asegura que el acuerdo con el FMI "es un hito" y admite que la propuesta a los acreedores privados es "dura"

Patricia Martino / La Capital

"Hay errores que no hay que repetir". El economista Eduardo Curia prefiere definir por el negativo las próximas acciones a seguir y se refiere al futuro del país luego de concretarse uno de los asuntos que tuvo durante meses en vilo al gobierno: el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Plantea que resulta necesaria una política monetaria expansiva para garantizar el crecimiento de los sectores productivos, y admite que la oferta del gobierno a los acreedores privados fue "dura", aunque plantea que las culpas deben achacarse a la gestión económica de la década pasada, bancos y AFJP.

-¿Considera que el acuerdo pactado con el FMI beneficia a la Argentina?

-Dentro del contexto que le toca vivir a la Argentina, que son de situaciones apremiantes, creo que sí que es un acuerdo plausible. Los contenidos reflejan que hay una política de firmeza razonable entre las autoridades, aunque hay que reconocer -algo que el propio presidente lo señaló- que esto no es una panacea. El cumplimiento del acuerdo va a demandar un esfuerzo importante, pero vino bien para las expectativas y despejar incógnitas. Ahora hay que desarrollar sus términos.

-¿Cuáles serán los puntos más difíciles de llevar adelante?

-Si bien tengo confianza que el acuerdo se puede cumplimentar, lo que hay que observar primero es el superávit, que aunque es el más alto de la historia, es bueno porque se evitó una puntuación aún mayor. Si uno lee la carta de intención hay una serie de circunstancias, como el esquema para las empresas de servicios públicos, la reestructuración bancaria tanto pública como privada, para el 2004 el llamado inflation target y la regla de inflación, las medidas tributarias que hay que enfocar. La verdad que demanda una especie de hiperquinetismo cumplir el acuerdo dentro de lo plausible que es, lo cual nos tiene que advertir la importancia de un liderazgo político del presidente y del Parlamento.

-¿Qué medidas van a recaer sobre la población, dónde se va a sentir más?

-Esto es esforzado, no es una carroza. En términos de alternativas nos evitó caer en sobreajustes mayores. Si uno ve el presupuesto, claro no en el tema de los salarios del sector público que probablemente sufran por la inflación, hay rubros de inversión que se manifiestan dinámicamente, sea para necesidades sociales, para infraestructura, para ciencia y técnica o educación. El presupuesto tiene una tonalidad expansiva aunque hay que respetar el superávit primario.

-En el contexto internacional, ¿qué significa para Argentina haber logrado el acuerdo? ¿permitirá crecer?

-Sirve para reposicionarse en el mundo, aunque hay una asignatura pendiente que tiene que ver con los acreedores privados, el acuerdo con el Fondo es un hito. El reposicionamiento se puede dar en términos de crecimiento, porque el superávit primario del 3% no inhibe las perspectivas de desarrollo. Solemos prestarle mucha atención a la política fiscal pero una variable tan crucial y aún más que la fiscal es la política monetaria, el alineamiento a las tasas de interés y la política crediticia. Esto impacta directamente en el sector privado y productivo, es muy importante.

-¿Cuáles son los caminos a seguir?

-Yo lo mencionaría por la vía negativa indirecta, hay errores que no hay que repetir. Si nosotros tenemos una política fiscal con cierta dureza tratando que no sea sobreactuada pero disciplina al fin, lo importante es que la política monetaria tenga una expansión a favor del sector privado. Tenemos que tener cuidado de que el sector fiscal no actúe de una manera restrictiva, lo cual ocurrió en los primero meses de este año. Ese fue un tema de debate y yo tomé una posición crítica sobre la política monetaria del Banco Central. Después la entidad rectificó esa política, pero de alguna manera el daño quedó encubado en una desaceleración de la economía en el segundo trimestre del año. Hay que tener en cuenta que la política fiscal es el cable a tierra, de cierta restricción, y la política cambiaria es de desahogo, en favor del sector privado productivo.

-¿Consolidar el consumo es también uno de los objetivos a alcanzar?

-El consumo está muy retrasado, y para que su crecimiento sea sustentable en el tiempo uno le tiene que dar atadura con la inversión. Todo tiene que estar creciendo, lo que pasa es que hay prioridades. El consumo este año creció un 4 o 5%, la inversión está expandiéndose más, las exportaciones y no sólo las de hoy sino las de mañana tienen que generar dólares, se tiene que armar una estructura industrial distinta a la de los 90 cuando quedó desarticulada, es largo el camino por recorrer. El consumo hay que verlo como un desahogo inmediato, para su sustentabilidad en el tiempo es importante que las otras variables están funcionando. Si por ventura se diera un shock de consumo porque la plata del colchón comienza a circular eso sólo no aseguraría la sustentabilidad y volveríamos a la crisis de los últimos años de la convertibilidad.

-¿Es viable la propuesta de pago de la deuda de los acreedores privados?

-Es una propuesta muy dura, porque la situación de la Argentina es dura. Por supuesto cae mal en los acreedores prima facie, pero Argentina no puede modificar demasiado las cosas, podrá haber variaciones pero dentro del margen establecido. La médula de la propuesta básicamente es inmodificable, se puede optar por una opción u otra -hay tres variantes- pero la quita es grande sea cual fuera la elección. Argentina no puede variar mucho en esa médula y naturalmente creo que va haber meses de discusión.

-Los acreedores italianos y alemanes son los más reacios a aceptar la propuesta argentina. ¿es posible que lleguen a una instancia judicial?

-La instancia judicial tiene distintos pormenores, mientras que se vea una negociación por más que se abra con una propuesta tan contundente como la de Argentina, los jueces no estarían habilitados para los embargos, además habría que meditar si son realizables y sobre qué. Esta abierta una instancia de negociación y quizás en algún momento el gobierno argentino tenga que recabar una intervención del G7. Pienso en la forma americana, donde del gobierno puede, en instancia de quiebra, taponar acciones a los tribunales.

-Gran parte de los acreedores son argentinos ¿qué pasará con ellos?

-Lamentablemente van a entrar en la pelea porque no hay distinciones. Esta experiencia desdichada tiene que ver con compromisos adoptados en el momento del colapso del derrumbe de la convertibilidad, en la desesperación del ex ministro de Economía, Domingo Cavallo, cuando no conseguía dinero del exterior es decir dólares reales de los privados y de los organismos internacionales, entonces pidió los pseudólares a ciertas entidades financieras y AFJP para financiarse con el uno a uno supuestamente en dólares. Pero esto era un macanazo porque estas entidades no traían dólares y sí los traían los sacaban de las reservas. Si hay un responsable primario de esta tragedia no es tanto el ministro Lavagna por haber efectuado esta propuesta dura sino cómo cada uno actúo en sus circunstancias. Si hay responsables primarios a los que pedirles explicaciones son en primer lugar al ex ministro Cavallo y después a quienes dirigen estos sectores, como bancos y AFJP.

-¿Cómo evalúa la gestión de Roberto Lavagna?

-Es una gestión que va cosechando lauros, primero el reconocimiento de haber rencausado la economía el año pasado haciéndole ver a la gente el porqué de haber abandonado la convertibilidad y explicando porqué la lógica de haber alterados los precios relativos era la única alternativa de que abandonáramos la depresión sistemática. Después siendo ratificado por Kirchner, Lavagna encara la renegociación con el Fondo, incluso con los trascendidos de roces. Lavagna es un operador de campo y lo hace muy bien, el presidente es el que tiene la instancia de decisión.

-¿Qué opina de esos rumores de cambios en el gobierno, en particular de la renuncia como ministro de Economía?

-A veces soy involucrado en estas versiones y algunas veces abusándose de mi amistad con (el ministro de Planificación) Julio De Vido se dice que le estamos moviendo el piso. Pero cómo vamos a meternos en algo así en un momento tan importante, cuando se están negociando asuntos más que relevantes para el país. Puede ser que Lavagna cumpla su gestión e incluso deje el cargo para proyectarse a cargos más importantes, eso se verá. Hay sectores que siempre hacen sus jueguitos.

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"Hay errores que no hay que repetir", dijo Curia.

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