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 domingo, 28 de septiembre de 2003

Punto de partida de un narrador
En la zonaJuan José SaerSeix Barral, Buenos Aires181 páginas

Carlos Roberto Morán / La Capital

Juan José Saer viene desarrollando una operatoria poética y narrativa muy personal, equiparable —salvando distancias— con Faulkner, con Onetti, con Salinger. Si bien la exploración con el lenguaje, con las posibilidades del relato, son constantes en su obra, el hecho de volver sobre personajes y espacios geográficos concretos en forma recurrente, lo vuelve rara avis en un momento en que la política de mercado se impone sobre los criterios estéticos.

Ha dicho Ricardo Piglia, con bastante acierto, que las tres principales "corrientes" de la literatura argentina más contemporánea están dadas por las obras de Rodolfo Walsh, en la que política, denuncia y ficción se funden en un espacio vinculado con la "realidad"; la de Manuel Puig, con fuerte incidencia de la cultura popular; y la de Saer, quien construye un territorio mítico, particular, en el que la literatura, las discusiones estéticas, las situaciones vividas por sus personajes, son el todo que conforman su narrativa.

Estas reflexiones son apropiadas al haberse reeditado "En la zona", el primer libro de relatos de Saer, publicado originariamente en 1960, cuando el escritor aún residía en Santa Fe. Allí aparecen los personajes que recurrentemente volverán a sus libros, tales como Carlos Tomatis o Barco. También muchos de los temas que mejor desarrollados reaparecerán en sus relatos más maduros.

Porque lo particular de Saer es que esos nombres, los ambientes en los que se mueven (una Santa Fe que se corresponde a los años 60 y que el tiempo ha contribuido a modificar), han regresado a sus libros posteriores, las historias narradas han vuelto a ser contadas desde diversas perspectivas, y las anécdotas no sólo no fueron olvidadas sino que el autor de "Cicatrices" se encargó de renovar y enriquecer.

Hay una primera sección del libro, "Zona del puerto", en los que las atmósferas generadas por Onetti y el policial negro confluyen, y que son temáticas y estilos que Saer dejó de lado casi inmediatamente después de su primer libro. También aquí se incluye un cuento, "Solas", que publicado en el diario El Litoral por aquellos años generó un verdadero escándalo en Santa Fe por tratarse de un episodio erótico (soft, en este caso) protagonizado por dos mujeres.

Pero es en la segunda sección de "En la zona" ("Más al centro") en donde el escritor fincó sus raíces estilísticas y estéticas. Allí aparecen los personajes y los temas que se volverán recurrentes en su obra al punto tal de que se harán presentes hasta en su libro más reciente, "Lugar" (libro de relatos publicado en 2000)

"Escribir —sostuvo recientemente Saer— es un acto pobre en relación a la vida. Creo que es en parte por eso que los escritores repetimos ideas y obsesiones en nuestros libros, con variantes, disfrazando los mismos platos con salsas diferentes, porque el alcance de nuestra observación y nuestra memoria es relativamente corto".

Esas variantes ya se percibían en "En la zona", así como una fidelidad a personajes y concepciones de vida. El Tomatis escéptico, a veces cruel, a veces brutal con sus semejantes, está presente en "Trasgresión", uno de los cuentos del libro (en el que se incluye la infaltable visita al Puente Colgante de Santa Fe) y hay asado, charlas existenciales, digresiones sobre sexo y literatura y también una "mirada" atea sobre la vida en "Algo se aproxima", el más saeriano de esta serie de relatos.

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