| sábado, 27 de septiembre de 2003 | El ex presidente hizo una tibia autocrítica de su gestión De la Rúa aseguró que se fue para evitar la violencia social Justificó la renuncia y dijo que asume la responsabilidad por su mandato trunco El ex presidente Fernando de la Rúa eligió ayer el exterior para romper el silencio que se había impuesto desde diciembre del 2001, cuando abandonó abruptamente el poder en medio de una convulsión social, y desde España hizo una autocrítica de su gestión y justificó su renuncia.
En sus primeras declaraciones públicas, De la Rúa aseguró que no fueron casuales los episodios previos a su dimisión y afirmó que abandonó la Casa Rosada "para evitar la violencia, preservar la continuidad institucional y posibilitar el arreglo internacional de las finanzas".
"Nada de eso era casual y fue trágico porque hubo muertos y heridos", aseveró el ex presidente al diario español El País, al tiempo que se quejó porque su llamado a la unidad nacional para superar la crisis "fue rechazado, retaceado el apoyo de la Alianza y la UCR, por lo que entonces presenté mi renuncia".
Según explicó, su salida del poder fue para "evitar la violencia, preservar la continuidad institucional y posibilitar el arreglo internacional de las finanzas".
"Había cumplido sólo la mitad de mi mandato y asumo mi responsabilidad porque el primer deber de un gobierno es realizar su proyecto y el mío no pudo mantenerse", sostuvo.
De la Rúa, que días atrás fue beneficiado por la Justicia con una falta de mérito en la causa por los homicidios del 20 de diciembre del 2001, aunque la medida fue apelada, viajó días atrás a España donde mantuvo, entre otras entrevistas, reuniones con el rey Juan Carlos, el primer ministro José María Aznar y su antecesor, Felipe González.
El ex presidente señaló que concedió la entrevista al matutino español porque busca "ratificar la importancia de tener las mejores relaciones con España y fortalecer nuestros vínculos. Quiero reconocer el permanente apoyo que recibí y el afecto que siempre me brindaron".
"Argentina debe tener muy buenas relaciones con todo el mundo, pero especialmente con España, por ser tanto lo que nos vincula y la fraternidad que nos une", destacó.
Los errores del pasado Sobre la gestión de Néstor Kirchner prefirió no emitir opinión porque "son temas privados del actual gobierno y muy sensibles", aclaró. No obstante, enfatizó que "debe recogerse aquella experiencia para evitar repetir la interrupción anticipada de un gobierno".
Asimismo, remarcó: "Defiendo la democracia y las instituciones. Hacerlo es un deber de todos, que exige fidelidad a la verdad".
"Este es un tiempo de transición para la reorganización de las principales fuerzas políticas y deseo lo mejor para el país y el actual gobierno, democráticamente elegido", consideró de todas maneras.
Al hacer una autocrítica de su gestión inconclusa, el ex presidente aliancista explicó que debió "afrontar la resistencia de la oposición a los compromisos de unidad política y complicaciones con el Fondo Monetario Internacional que, con inusual rigidez, suspendió libramientos previstos".
"Fue un momento difícil pese al anuncio de un programa de canje de deuda y ayuda social a familias en crisis, que tuvo inexplicables detractores", dijo.
No olvidó mencionar en este sentido que "asomaban también quienes buscaban la devaluación monetaria, a la que yo me oponía, para preservar el salario de los trabajadores".
"Asumí en diciembre de 1999 en una situación muy compleja, con alto endeudamiento, recesión y reclamos sociales y superarlo precisaba un gran esfuerzo compartido", dijo, porque "se vivía además un cuadro de extendida crisis latinoamericana". enviar nota por e-mail | | Fotos | | De la Rúa repartió culpas al PJ, la UCR y el FMI. | | |