| sábado, 27 de septiembre de 2003 | Una pista del Loco de la Escopeta conduce a una casa de la zona sur Lo reveló la mujer que afirmó haber visto al tirador tras su última aparición pública, en 27 de Febrero y Corrientes La mujer que después del último ataque del Loco de la Escopeta afirmó haber reconocido al tirador aseguró ayer a La Capital a través de sus abogados que "individualizó" al agresor a través de un fotofit. E incluso fue más allá en su testimonio ante la magistrada a cargo del caso: le indicó a la jueza Alejandra Rodenas la vivienda donde ingresó el francotirador después del ataque. "Lo seguí con mi auto y ví que entraba en una casa de la zona sur de la ciudad", contó la mujer.
Pablo Melvin, uno de los abogados que patrocina a la testigo clave, dijo que "el 25 de agosto pasado, mi clienta circulaba por 27 de Febrero, en dirección sur-norte, entre Corrientes y Paraguay, cuando vio a un auto de color bordó, similar a un Fiat Brava, sin chapa patente. Ella estaba estacionada en doble fila y el auto (del agresor) se encontraba detenido detrás de un vehículo".
En ese momento, según su versión, el tirador disparó munición de plomo contra un colectivo de la línea 110 colmado por 50 personas. Tras los estampidos, la testigo "lo siguió con su auto hasta la zona sur" y allí vio que el tirador serial ingresaba a una casa de esa barriada.
La magistrada había indicado que la mujer no identificó al agresor ni "mencionó "haber visto una cara en particular". Sin embargo, Melvin aseguró ayer a este diario que su clienta, en el juzgado, "reconoció a través de un fotofit" al atacante. La otra novedad es que, a partir de su relato acerca del recorrido que hizo el atacante, los investigadores divisaron la vivienda donde entró el tirador.
Según la testigo clave, el sospechoso es un hombre "de entre 35 y 40 años" y sus rasgos fisonómicos no "coinciden con los fotofits publicados en los medios".
Otro elemento que le otorga mayor verosimilitud, según Melvin, a los dichos de la testigo es que los resultados de un estudio de planimetría realizado por la Facultad de Ingeniería, que determinaría con mayor precisión la trayectoria de los disparos, coincidiría con su testimonio.
Por otra parte, la mujer negó que ejerza la prostitución y señaló que tiene un comercio. También aseguró que no "conoce al tirador" como trascendió el 27 de agosto pasado, cuando habría contado que el sospechoso era un viejo cliente aficionado al uso de escopetas. "Por lo tanto nunca me pudo haber pegado un puñetazo en la cara. Tampoco conozco su actividad laboral", explicó la mujer a través de su abogado.
Melvin y su socio Francisco Broglia negaron que el abogado Gabriel Navas represente a la mujer. Por otra parte, Melvin señaló que hoy presentarán un recurso de hábeas corpus ante el juzgado de instrucción en turno. "Como ella teme por su seguridad y la de su familia, solicitará que se le brinde protección como testigo de identidad reservada", dijo. enviar nota por e-mail | | |