Primera B

Central Córdoba desbarrancó feo

El equipo de Santángelo cayó 4-0 con Atlanta, sufrió dos expulsiones y erró un penal

Gustavo Yarroch / Ovación

Para los equipos con pretensiones grandes, la condición de local es indistinta: rinden por igual en casa o en terreno ajeno. Córdoba conoce bien los alcances de esta teoría, pero le está costando mucho llevarla a la práctica: sumó de a tres en los dos partidos que jugó en el Gabino Sosa (ante Flandria e Italiano), pero cuando salió de Rosario su cosecha fue nula (perdió con Sarmiento, Talleres y ayer ante Atlanta).

Al margen del 4 a 0, duro por sí solo, lo más preocupante fue el modo en que cayó ante los bohemios. Córdoba falló recurrentemente en defensa y otorgó ventajas que bien podrían haberle costado una goleada histórica. Pero no sólo eso: después del 3 a 0, los charrúas adolecieron del espíritu combativo que se le reclama a cualquier equipo que atraviesa una circunstancia adversa. De a ratos, Córdoba fue la cara de un conjunto entregado, algo así como un esclavo sometido a la voluntad de su rival.

En el primer tiempo pasó de todo: hubo tres expulsados, dos goles y un penal errado. La roja directa a Celebroni por la ley del último recurso es discutible, muy de interpretación, por lo que hay que darle la derecha a Manuel Loureiro, de floja actuación general. Después, el árbitro pareció querer compensar cuando mandó a los vestuarios a Vázquez por un supuesto codazo a Vella.

A esa altura, Atlanta ya estaba 1 a 0 merced a un contragolpe de manual definido por Ferrero. Pero los charrúas, que hasta la media hora inicial le habían discutido la posesión de la pelota, recibieron otras dos malas noticias antes del descanso: la expulsión de Dethier (correcta, porque estando amonestado obstruyó un avance claro de Cortez) y el penal, anunciado y al medio, que Santillo le tapó con los pies a Vella.

Garequita Pérez, que había comenzado jugando por la izquierda, se corrió como ocho en el segundo tiempo. Igual, aportó poco y nada. A los 5', Molina se lo llevó a la rastra a Oliva y puso el tercero. Córdoba se derrumbó por completo (Passarella hubiera dicho que le "faltó fibra") y Atlanta le generó tantas situaciones que el cuarto, a cargo de Marcelo González, llegó por decantación. Loureiro les perdonó varias a los jugadores de Córdoba y cobró mal para los dos lados. Pero eso poco importó. Atlanta había construido su primer triunfo en el campeonato con la inestimable ayuda de un Córdoba raro, como apagado.

Oliva corre tras el delantero bohemio.