| jueves, 25 de septiembre de 2003 | Incidentes, balazos de goma e incendio en un penal de Francia al 3200 Motín y refriega en la comisaría 18ª desnuda la imparable crisis carcelaria La policía admite que está sobrepasada. "Duermen por turnos, es imposible estar allí", reconoció un alto jefe A tres días de una jornada de tensión muy semejante, anoche estalló un nuevo motín en el penal mayor de la comisaría 18ª, de Francia al 3200. La revuelta se desencadenó cuando dos presos que integraban un grupo de cinco se negaron a ser trasladados a la alcaidía de la nueva Jefatura e hirieron con una faca a un agente de la Guardia de Infantería. La situación se descontroló, hubo descarga de perdigones de posta de goma y varios de los internos replicaron quemando colchones en el marco del alzamiento. Cerca de la medianoche, y tras la intervención de un mediador de las Tropas de Operaciones Especiales (TOE), el panorama dentro de la seccional parecía retomar la calma. Afuera decenas de familiares de los detenidos, 57 en total, apenas podían contener la angustia entre una autobomba y varias patrullas de distintas secciones policiales llegadas ante los incidentes.
Según informó la Unidad Regional II, la iniciativa de transferir a cinco presos a la alcaidía "para descomprimir un penal atestado de gente" tropezó con la resistencia de dos de los detenidos, que utilizando una púa lastimaron a un agente de Infantería que participaba del operativo. Según un vocero policial, tras el ataque al uniformado "el resto de los reclusos se abalanzó sobre la puerta del penal con intenciones de ganar la comisaría y entonces el personal debió responder con disparos" efectuados con Itakas cargadas con cartuchos de posta de goma.
Dos detenidos al Heca Como consecuencia de eso, dos de los presos fueron alcanzados por los perdigones y debieron ser trasladados al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez aunque fuera de peligro, según confiaron los voceros. Por su parte, el policía herido fue atendido por paramédicos del Sies frente a la misma seccional.
Pero la represión de los policías no aplacó los ánimos de los detenidos. "Quemaron colchones, destruyeron todo lo que había en el penal, no quedó nada en pie", dijo la fuente que anoche evaluaba con el jefe interino de la Unidad Regional II el traslado de los 57 presos alojados en la 18ª a otros penales policiales.
El incendio provocado por la quema de la gomaespuma obligó al personal policial a convocar a una autobomba de los Bomberos Zapadores, cuyos efectivos rápidamente sofocaron las llamas. Poco después, cuando los efectivos controlaron el penal se encontraron con una escena de "destrucción total", dijeron desde la seccional 18ª.
Pero para que la situación vuelva a la normalidad, un mediador de las TOE tuvo que dialogar con los presos. "Todos reclamaban traslados. Reconozco que aquí no pueden estar, en el penal mayor había 46 tipos en un lugar con capacidad para no más de 20 y en el penal más chico se amontonaban otros 11. Tienen que turnarse para poder dormir. Pero no podemos hacer nada, no hay lugar en ninguna comisaría de la ciudad", se sinceró un jefe policial.
De los 46 ocupantes del penal mayor, seis habían llegado el domingo de la seccional 15ª de Sarmiento al 4200, tras un motín desatado por los presos cuando se descubrió un intento de fuga. El alzamiento había hecho aflorar la situación repetida en todos los penales: el panorama de hacinamiento flagrante, el estado de abandono e insalubridad en la que sobreviven los detenidos. Un día después se conoció un informe oficial de Medicina Legal de la policía que indicaba que habían sido detectadas enfermedades en la mitad de los más de 40 presos allí recluidos. enviar nota por e-mail | | Fotos | | La revuelta terminó cerca de la medianoche. | | |