| miércoles, 24 de septiembre de 2003 | El FMI y el BM piden un nuevo orden global El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial instaron ayer a los países industrializados a tener en cuenta el fracaso de la reunión de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en Cancún para asumir la urgencia de establecer un nuevo orden global que dé cabida a las naciones pobres, y los llamó a encarar profundas reformas financieras y económicas.
Al inaugurar en Dubai la asamblea anual conjunta del FMI y del Banco Mundial, sus máximos responsables, Horst Köhler y James Wolfensohn, coincidieron en sus discursos en que es necesario establecer una globalización más equilibrada como una de la lecciones que dejó el fracaso de la última reunión de la OMC.
"Necesitamos un nuevo equilibrio global, un nuevo balance en la relación entre naciones ricas y naciones pobres", afirmó Wolfensohn, quien sostuvo que "esto es esencial, no sólo para reducir la pobreza y aumentar la prosperidad, sino también para la seguridad y la paz".
El presidente del Banco Mundial les dijo a los representantes de los 184 miembros de las dos entidades multilaterales reunidos en Dubai, que las "fuerzas de desequilibrio" en el mundo son de tal magnitud que hoy existen 1.000 millones de personas que son dueños del 80 por ciento del Producto Bruto Interno, mientras que otros 1.000 millones tienen que luchar para sobrevivir con un dólar diario.
Pero para Wolfensohn, si no se establece un cambio de rumbo, esta dramática actualidad no es tan sombría en comparación con los próximos 25 años, cuando otros 2.000 millones de personas se sumen a la población global, el 95 por ciento de ellos en los países pobres, según dijo.
En tanto, el director gerente del FMI, apuntó a la necesidad de reformas de las políticas económicas y financieras en general y les propinó en particular un "tirón de orejas" a Estados Unidos y la Unión Europea, pero se sustentó en la urgencia de una mayor igualdad social. "Mi visión para el Fondo es trabajar para una globalización mejor", indicó Köhler, para quien, "a largo plazo, la igualdad social y una distribución aceptable de los ingresos constituyen los pilares de la estabilidad política y, por ende, del desarrollo económico".
Poco antes, Wolfensohn recordó los compromisos asumidos tanto por los países ricos como por los pobres de contribuir a lograr los objetivos de desarrollo del milenio, que incluyen la reducción de la pobreza a la mitad para el año 2015.
El máximo directivo del Banco Mundial consideró que las acciones emprendidas hasta el momento no están a la altura de esos compromisos y llamó a los gobiernos a cumplir sus responsabilidades y remendar lo que calificó como un sistema global inequitativo.
Allí fue cuando Wolfensohn trajo a Dubai los fantasmas de Cancún, donde hace 15 días los países pobres, donde viven más de 3.000 millones de personas, se negaron a aceptar las propuestas comerciales presentadas por las potencias, en el marco de la reunión ministerial de la OMC.
"Ellos dejaron en claro que debe haber un mayor balance entre los ricos y poderosos; y los pobres y numerosos. Ellos dejaron en claro que, para que haya desarrollo global y paz en nuestro planeta, debe haber un orden de prioridades diferente", afirmó el presidente del BM.
De la misma manera, Köhler resaltó que el quiebre del diálogo en Cancún "debe ser una llamada de atención para la comunidad internacional, ya que su fracaso ciertamente no ha reforzado la confianza global". Según Köhler, las prioridades para la economía consisten en la aplicación de reformas encaminadas a colocar las finanzas sobre una base sólida a mediano plazo dado el envejecimiento de las sociedades. enviar nota por e-mail | | |