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 lunes, 22 de septiembre de 2003

Los descubrieron cuando hacían un boquete para fugarse
Trasladan a los presos de la comisaría 15ª después de un motín de seis horas
Los detenidos pidieron no estar hacinados y denunciaron tratos humillantes a los familiares que los visitan

Paola Irurtia / La Capital

Detenidos de la comisaría 15ª, ubicada en Sarmiento al 4200, se amotinaron ayer a la tarde después de un intento de fuga que fue descubierto cerca de las 18. La medida fue tomada por unos 40 internos que habitaban el penal mayor y se prolongó durante más de seis horas, cuando toda la población fue trasladada a los penales que consensuaron con un negociador de las Tropas de Operaciones Especiales y las autoridades policiales. Toda la negociación se realizó con las puertas del patio del penal abiertas, frente a la prensa y los familiares que se acercaron. Los traslados se hicieron sobre la medianoche, frente a miembros de la Coordinadora de trabajo Carcelario, que fueron solicitados por los detenidos y sus familiares, que se quedaron hasta saber a dónde los trasladarían. Todos fueron reubicados en seccionales de Rosario y Villa Gobernador Gálvez.

Los internos intentaron una fuga a través de una medianera que conecta con una casa vecina. Esa pared fue la que intentaron horadar, sin lograrlo, aseguró el jefe interino de la Unidad Regional II, Luis Selak. Al ser descubiertos, se amotinaron.

El penal es un espacio de poco más de 10 metros de largo por cuatro de ancho, incluido un pequeño espacio enrejado, "el patio". Ese sector cuenta con una puerta ancha y enrejada, que es casi el único ingreso de aire y sol. El resto del edificio tiene sólo los restos de pequeñas ventanas, casi completamente tapadas de cemento y enrejadas, como respiraderos. Una de esas ventanas fue rota por los internos, de entre 19 y 25 años, durante el motín.

Los detenidos pidieron su traslado como primera medida, debido a las condiciones de hacinamiento. Los pedidos más reiterados fueron por la falta de alimentos y las objeciones que las autoridades de la comisaría ponen a los familiares para ingresar comida, elementos de limpieza y medicamentos. Denunciaron que padecen infecciones y sarnilla, y que no reciben atención médica ni remedios por parte de la policía. También dijeron que no les permiten ingresar elementos de limpieza. Sus familiares reforzaron esas denuncias: "Viven en medio de un olor y una humedad insoportables.", dijeron. Y aseguraron que deben pedir los remedios en los hospitales.

El otro aspecto por el que pidieron traslados fue por la humillación que sufren los familiares durante las requisas. "Los obligan a desnudarse, les revisan hasta el interior del cuerpo", gritaron detrás de las rejas a los periodistas que se reunieron en el lugar. Las mujeres aseguraron que las últimas requisas, los agentes más jóvenes entraron en los baños cuando se encontraban en ropa interior.

La presencia de la prensa fue otro de los pedidos que realizaron los presos para abandonar la protesta.

El motín reunió a todas las autoridades de la Unidad Regional II, bajo la dirección de su jefe interino, quien ordenó que se abrieran las puertas del patio de la comisaría. Todas las negociaciones con los detenidos se realizaron frente al portón, a la vista de quien quisiera asomarse. Pasadas las 20, cuando comenzaron a llegar los familiares, fueron obligados a alejarse hacia la vereda de enfrente. Desde allí se comunicaban a los gritos con los detenidos.

Después de algunas horas, los amotinados lograron que les permitieran a sus familiares acercarse hasta el portón para tranquilizarlos, constatar que estaban bien y anunciarles los destinos a los que pedirían su traslado.

La negociación tuvo algunos momentos de tensión. El primero, antes de que se presentara el negociador de las TOE. A partir de su llegada se fueron organizando los pedidos, aunque en varias oportunidades la falta de acuerdo se manifestaba con amenazas de incendiar los colchones colocados frente a las rejas y más golpes de los internos sobre las paredes del penal. Los fantasmas de un motín en esa misma seccional, en 1996, cuando murieron cinco detenidos y el que ocurrió en la comisaría 25ª, donde murieron 13 internos, volvieron a hacerse presentes ayer a la tarde.

Los familiares de los detenidos convocaron a la Coordinadora de Trabajo Carcelario, que también participó de las negociaciones ya que en un primer momento los presos se negaban a abandonar el penal ayer a la noche. Con la intervención de Lilian Echegoy y el abogado Federico Garat, del organismo, acordaron que los traslados se realizarían en conjunto. Todos los internos, los 40 del penal y otros cinco que no habían participado del motín, pero se sumaron al pedido de traslados, fueron subidos con sus pertenencias a móviles policiales que partieron juntos de la seccional de Tiro Suizo hacia las comisarías donde quedaron alojados.

Los familiares pudieron ver a los detenidos cuando eran subidos a los vehículos desde unos tres o cuatro metros. Desde ese lugar los saludaron, pudieron preguntarles cómo estaban y les mandaron mensajes de aliento. Otro capítulo de la prolongada historia de la crisis carcelaria en Santa Fe llegaba a su fin.

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El traslado de internos se realizó a medianoche.

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