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 lunes, 22 de septiembre de 2003

Un secuestro express que terminó en asesinato
El dueño de una fábrica de chapas apareció muerto en su auto, en Claypole. Se ignora por qué lo mataron

Buenos Aires.- El dueño de una fábrica de chapas galvanizadas fue hallado asesinado de un balazo en el interior de su auto en la localidad de Claypole, partido bonaerense de Almirante Brown, una hora después de haber sido interceptado por una banda de delincuentes a la salida de su trabajo, en el partido de Quilmes.

La hipótesis del caso es que el empresario Juan Carlos Micelli, de 32 años, fue víctima de un secuestro express que no llegó a consumarse, aunque se ignora por qué lo mataron, dijeron fuentes judiciales.

Antes de fugar, los delincuentes robaron 1000 pesos y un teléfono celular de la víctima.

Lo que se estableció es que anteayer al mediodía, Micelli se retiró de su fábrica en San Francisco Solano y se dirigió a un lavadero de la zona para retirar su flamante Renault Clío, que había comprado.

La sospecha es que al salir del lavadero, el empresario fue interceptado por al menos cinco delincuentes que se desplazaban en un auto color rojo.

Lo que pasó después es la clave del caso y es lo que los investigadores judiciales intentan reconstruir. Se estableció que al menos dos de los delincuentes se pasaron al Clío y se llevaron a Micelli, privado de la libertad.

La principal hipótesis es que los delincuentes privaron de la libertad al comerciante con fines extorsivos, aunque al parecer no llegaron a concretar el llamado para pedir el rescate. Por causas no establecidas, al llegar a Rinconada y Collet de Claypole, zona lindera a San Francisco Solano, Micelli fue dejado abandonado muerto, de un balazo en el abdomen.

La posibilidad que se analiza es que a Micelli lo hayan asesinado en el trayecto de la zona del lavadero al sitio donde lo abandonaron muerto.

Tras el tiro, los dos delincuentes que iban en el auto Clío se pasaron al coche rojo y fugaron con el resto de la banda.

Una de las posibilidades que evalúan los investigadores es que los delincuentes hayan intentado usar el teléfono con el fin de comunicarse con la mujer de la víctima para pedir rescate, algo que al parecer no llegó a ocurrir. (Télam)

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