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 lunes, 22 de septiembre de 2003

Editorial
Preservar las especies ictícolas

Una tarea que merece destacarse es la que viene realizando la Comisión de Protección del Patrimonio Ictícola de la provincia de Santa Fe, quien ha logrado por el momento alejar el peligro de un posible riesgo de extinción del sábalo en aguas santafesinas y con ello también un potencial desastre ecológico, ya que este pez es el primer eslabón de la cadena alimentaria de otras 20 especies de valor comercial. Vale aclarar que la Comisión fue creada para tal propósito en noviembre del 2002, luego de que se diera la alarma sobre la crítica situación y que junto a ella trabajan varias organizaciones no gubernamentales y secretarías del gobierno de la provincia.

Entre las medidas implementadas se fijó un cupo de diez mil toneladas por año como cantidad máxima de productos o subproductos de esa especie que se pueden extraer en Santa Fe, se intensificaron los controles en distintos frigoríficos de la zona y se hicieron operativos junto a la Prefectura Naval. Pero el gran esfuerzo realizado para revertir la situación puede perderse si desde la provincia de Entre Ríos no se toman medidas similares. Precisamente, los pescadores rosarinos señalan que sobre las costas de la ciudad de Victoria la pesca se realiza indiscriminadamente y hasta con redes logrando sacar piezas pequeñas que no llegan a desovar.

En este sentido, es imprescindible que los acuerdos conjuntos implementados entre las secretarías de Medio Ambiente de Santa Fe y Entre Ríos se cumplan al pie de la letra, así como los firmados con Misiones, Formosa y Corrientes. La lucha por mantener la reserva ictícola es una tarea que debe abarcar a todos los organismos responsables tanto de la Nación como de las provincias y ninguno de ellos pueden desentenderse ya que una actitud negligente puede derribar el esfuerzo del resto.

Además, no se debe olvidar que de los recursos que proveen los ríos dependen también la fuente de trabajo de miles de familias. De forma que el control de la pesca racional, además de evitar los desastres ecológicos está garantizando ese tradicional modo de ganarse la vida. Ojalá se tome nota del trabajo realizado por la Comisión de Protección Ictícola porque la experiencia debería ser imitada y sostenida coherentemente en el tiempo.

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