| domingo, 21 de septiembre de 2003 | Lula inicia en la ONU una gira para afianzar su liderazgo Jorge Svartzman Brasilia. - El presidente Luiz Inacio Lula da Silva viaja esta semana a Nueva York, México y La Habana, en el marco de una vigorosa ofensiva diplomática que le permitió en menos de diez meses construir un nuevo liderazgo de Brasil en Sudamérica y convertirse en un indiscutido vocero de los países emergentes. Lula estará del 22 al 25 en Nueva York, donde abrirá la intervención de los jefes de Estado en la Asamblea General de la ONU; el 25 irá a México para estrechar vínculos con la otra gran economía latinoamericana; y luego a Cuba (26 y 27), donde tendrá que superar la prueba de estar junto a su amigo Fidel Castro sin perder su aureola de líder de la izquierda democrática. Una aureola que tiene todo su brillo después de la conferencia ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC) de Cancún, donde Brasil encabezó al Grupo de los 22 (G-22) que exigía la supresión de los subsidios agrícolas en los países ricos.
En la ONU, Lula predicará la lucha contra la miseria y la exclusión social, como lo hizo en enero en el Foro Económico Mundial de Davos y en junio como invitado de honor del Grupo de las Ocho principales potencias (G-8) en Evián (Francia). También abogará por una reforma de la ONU. Brasil quiere un asiento permanente en el Consejo de Seguridad y trata de revigorizar a una institución maltrecha tras la guerra lanzada sin su aval por EEUU contra Irak.
Paraisito tercermundista Una guerra a la que se opuso Brasil, que se sigue negando a enviar tropas a Irak pese a las solicitudes de EEUU. "Ya no aceptamos participar en la política internacional como si fuésemos pobres diablos de América latina, un paisito del tercer mundo, un paisito con niños de la calle, que sólo sabe jugar al fútbol y bailar en Carnaval", dijo Lula el jueves ante los alumnos del instituto Río Branco, donde se forman los diplomáticos brasileños.
En la reunión con el secretario general Kofi Annan, Lula debería evocar la posible celebración, en suelo brasileño, de una reunión entre la ONU y la guerrilla colombiana, para tratar de poner fin a un conflicto de más de cuatro décadas. Lula prepara además una gira por Africa en noviembre y por varios países árabes en diciembre.
Influencia regional Pero el palacio de Itamaraty extiende su radio de acción a partir de la zona natural de influencia: América del Sur. "Buscamos ampliar nuestra presencia en todos los frentes de actuación externa, a partir del énfasis en la integración en América del Sur", explicó Amorim.
La "piedra angular" de ese proceso es el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), que Brasilia trata de reanimar tras las graves crisis regionales, para las negociaciones 4+1 con EEUU -que impulsa la creación de un Area de Libre Comercio de las Américas (Alca) en 2005- y con otras regiones. Pero antes de cualquier Alca, Brasil quiere la integración de los países andinos y el Mercosur, que el mes pasado ya firmó un TLC con Perú. Brasilia, sin embargo, no logró convencer a países como Uruguay y Colombia, que esperan más del Alca o de un TLC con EEUU.
Así y todo, la implicación del gobierno de Lula en los asuntos de sus vecinos es insólitamente bien recibida por países con un tradicional recelo por el peso específico de la duodécima economía mundial. (AFP) enviar nota por e-mail | | |