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 domingo, 21 de septiembre de 2003

Un proyecto editorial que nació hace 35 años durante la dictadura de Onganía
Boom: la revista rosarina que escandalizó a los conservadores
La Capital entrevistó a algunos integrantes del staff: Roberto Fontanarrosa, Rafael Ielpi y Ovidio Lagos Rueda

Laura Vilche / La Capital

Agosto de 1968: culmina el Programa Apolo por el que un año más tarde el hombre pisaría por primera vez la Luna. Se cumplen tres meses del Mayo Francés y poco más de dos años del golpe del comandante Juan Carlos Onganía a Arturo Illia. Nati Mistral y Ernesto Bianco estrenan "El hombre de la Mancha". En la televisión irrumpe un programa para toda la familia: "Operación Ja Ja". Y en Rosario aparece el primer número de la revista mensual Boom. La publicación sorprende por su diseño dinámico y su título de tapa: "Judíos en Rosario: ¿Un grupo segregado?", un interrogante al que acompaña el dibujo del publicista de 24 años, Roberto Fontanarrosa.

"Sin ser de izquierda hicimos un periodismo contestatario, algo muy distinto a las en boga Gente y Siete Días, nos ganamos el odio de la curia y de los sectores conservadores de la ciudad", recuerda hoy el ex director editor de Boom, Ovidio Lagos Rueda, a 35 años de la aparición del número 1.

Las nuevas generaciones que ahora pueden comprar una Boom por 5 pesos en un puesto del Mercado Retro, se sorprenden por su contenido, su formato y su peso. Es que el semanario tenía nada menos que 250 gramos, algo sólo comparable con los porteños Primera Plana y Panorama. "A mí me sorprendió que Rueda me llamara para ilustrar las tapas cuando lo que se imponía en la época era la foto. Pero Boom era innovadora, un proyecto ambicioso. Poseía una presentación cara, mucho color y buen papel", recuerda Fontanarrosa.

Además de Lagos y el creador de Inodoro Pereyra, integraban el staff de Boom jóvenes cronistas provenientes de los diarios locales: La Capital y los vespertinos Crónica y La Tribuna. También hicieron allí sus primeros pasos gente de la cultura, como el actual concejal Rafael Ielpi, y estudiantes universitarios como Clara Bermant y Jaime Puchi López, hoy psicoanalistas.

El jefe de Redacción de la revista, Rodolfo Vinacua, era narrador, filósofo y asesor de la Biblioteca Vigil. Entre sus redactores, sólo algunos nombres: el actual novelista Juan Martini (fundador de la revista Setecientosmonos junto a Nicolás Rosa), el humorista Svend Segovia, Héctor Nicolás Zinny, Jorge Peteco Laborde, Gustavo Gorosito (deportes), Rubén Visconti (política nacional), Luis Etcheverry y Ricardo Falcón (política internacional) y Mario López Dabat (educación).

El departamento fotográfico donde trabajaba Raúl Bambi García estaba a cargo de quien a partir de septiembre del 69 fue conocido como "el fotógrafo del Rosariazo", Carlos Saldi. Un profesional que luego se radicaría en París y colaboraría con Le Monde y Le Figaro. La diagramación era responsabilidad de José Pepe Ortuño y la corrección corría por cuenta del ya fallecido Raúl Hernán Sala. Todos rosarinos.


Mafia, pornografía y ladyboom
Boom sobrevivió 22 números a lo largo de dos años con un tiraje promedio de 5 mil ejemplares. Se vendió a 150 pesos en el 69 y por la convergencia de la ley 18.188 pasó a costar 1,50 peso. En medio de esa época autoritaria, la revista salió a la calle con notas que se empecinaron en cuestionar al establishment y que cautivaron a la clase media-alta: "Historia de la mafia en Rosario", "Los rosarinos y la pornografía", "Juego prohibido en Rosario: el dinero secreto", "Televisión: ¿por qué agonizan los programas locales?" y "El homosexual en Rosario", fueron sólo algunas de los polémicos artículos.

Junto a esas notas también hubo un espacio algo más "frívolo, pero sin tilinguería", a los ojos del propio Lagos Rueda, dedicado a la mujer (Ladyboom).

"Boom se llamó así porque nació en medio de la prosperidad económica y de ideas. Un momento donde se leía y mucho, por eso las notas eran largas. Hoy una publicación así no prosperaría", asegura Lagos Rueda.

Ielpi recuerda que cinco números antes de su cierre, Boom se presentó en la boite Africa, ubicada al lado del Palace Hotel de Capital Federal. El lanzamiento contó con la presencia del jet set periodístico porteño de los 70: Paloma Blackie Efron, Ramiro de Casabellas (director de Primera Plana), Osiris Troiani y Aída Bortnik, entre otros, y obligó a quintuplicar el tiraje (pasó de 5 mil a 25 mil ejemplares).

Ahora bien, si el proyecto editorial había crecido tanto, ¿por qué se cayó? La respuesta la da Lagos Rueda: "No fue por razones políticas. La verdad es que los periodistas no somos buenos administradores".

Año 1970. El último número de Boom fue tan polémico como el primero. La tapa rezaba "Gardel:...y la fama es puro cuento". Se criticaba al ídolo, se deslizaba su probable homosexualidad y su foto aparecía en un tacho de basura. Esta vez los indignados fueron los gardelianos, y Boom desapareció.

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Una de las "escandalosas" tapas de Boom.

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