El destituido capitán de fragata es reclamado por la Justicia francesa

Astiz rechazó su extradición y dijo que la causa es "cosa juzgada"

Hoy deberá concurrir nuevamente a los tribunales bahienses. El juez tiene quince días para resolver

El represor Alfredo Astiz se negó ayer a ser extraditado a Francia, donde se lo condenó en ausencia por la desaparición y muerte de dos monjas francesas, y reclamó ser juzgado en el país donde la causa "es cosa juzgada", indicaron la defensora oficial y el fiscal a cargo de la causa.

El destituido capitán de fragata, condenado por la Justicia francesa por la desaparición y muerte de las monjas Alice Domon y Leonie Duquet en 1977, compareció ayer por tercera vez en 18 años ante el magistrado Alcindo Alvarez Canale a cargo del pedido de extradición remitido por Francia.

El represor conocido en el campo de concentración que funcionó en la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma) durante 1976 a 1983, como el Angel Rubio o Cuervo fue trasladado a Bahía Blanca desde el edificio Libertad, en la capital porteña, donde estaba detenido a pedido del juez federal Sergio Torres, para comparecer ante su par bahiense Alvarez Canale.

Astiz llegó cerca del mediodía a los tribunales sin esposas, vistiendo traje, muy tranquilo y con actitud indiferente.

El ex marino, que ya había comparecido ante el magistrado por el mismo pedido de extradición que el juez denegó en 1985 y 1990, se presentó en esta ocasión para que el juez lo notificase de la nueva solicitud del gobierno francés.

Según el fiscal Hugo Cañón, quien asistió a la comparecencia, Astiz "tomó conocimiento de la imputación y pedido de extradición, y fue citado a una nueva audiencia mañana (por hoy) a las 9, cuando se desarrollará el debate que corresponde y se resolverá".

Cañón explicó que Astiz acreditó su identidad "con una cédula con una fecha diferente a la que constaba en el expediente de las autoridades francesas y luego de ello se le dio lectura íntegra, minuciosa, a cada una de las imputaciones del gobierno, y del fallo francés que lo condenó a cadena perpetua por los crímenes de las dos monjas galas".

En este punto, "él leyó un escrito que tenía preparado en que dijo que optaba por ser juzgado aquí, en la Argentina", destacó Cañón.

Astiz dijo que "ya había sido juzgado por estos hechos" y rechazó el decreto presidencial que promulga la ley del Congreso que declara "insanablemente nulas" las leyes de punto final y obediencia debida, que también rechazó.

El destituido marino abandonó los tribunales siempre esposado, con chaleco antibalas y su eterna mirada gélida que dirigió a los activistas de derechos humanos y público en general que lo abuchearon y repudiaron su presencia en la ciudad.

Personal de la Prefectura Naval lo custodió hasta ascender al vehículo en que fue trasladado a una dependencia de esa fuerza, donde permanecerá hasta hoy cuando vuelva a presentarse ante Alvarez Canale y se debatan en el juzgado las alegaciones de parte de la fiscalía y la defensora oficial, María del Carmen Valdunciel de Moroni.

A partir de este debate el juez tiene 15 días para resolver, por lo que seguramente el ex marino será trasladado nuevamente a la ciudad de Buenos Aires.

En este sentido, el fiscal Cañón le solicitó al juez Torres que "evalúe el cambio de lugar de detención" de Astiz, ya que consideró "irregular" la presencia del ex capitán de fragata en dependencias de la Armada, cuando ha sido destituido de la fuerza y actualmente es un civil.

Por su parte, la Defensora Oficial en Bahía Blanca de Astiz confirmó que su cliente "mantiene una gran serenidad, ejercitó el derecho de opción y desea ser juzgado en su patria, donde se aduce que se hubiesen cometido los hechos".

La funcionaria judicial formuló estos conceptos tras asistir al ex marino durante la audiencia. Sobre la extradición de Astiz, Vandulcien de Moroni indicó que "no corresponde extraditarlo porque los hechos fueron cometidos aquí y además fue juzgado en ausencia".

Astiz es trasladado a los tribunales bahienses.