| sábado, 20 de septiembre de 2003 | Denuncian a la policía por el hostigamiento a un joven Para Diego Martín Gómez no fue un buen augurio haber cumplido hace dos días 19 años. Ayer fue nuevamente víctima de la violencia policial. El accionar de los uniformados de la subcomisaría 23ª de Barrio Rucci que lo apresaron por un incidente menor, según una abogada de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), estuvo marcado por la brutalidad. El muchacho, dijo la letrada, recibió un balazo de goma en el pómulo disparado por uno de los agentes cuando estaba tirado en el suelo por un empujón propinado por los uniformados.
La historia de Diego, un joven que vive en el barrio La Cerámica, parece estar signada por la persecución policial y Ana María Figueroa, la letrada que lo patrocina, sospecha que el muchacho puede ser víctima de un seguimiento arbitrario.
Para reforzar su hipótesis, Figueroa recordó otro episodio que lo tuvo como protagonista involuntario. En la madrugada del sábado 2 de febrero regresaba junto a un grupo de amigos de un boliche ubicado en la zona ribereña cuando quedó atrapado en una encerrona. Agentes del Comando Radioeléctrico seguían los pasos de otro grupo de jóvenes y entonces el chico salió "corriendo" porque se asustó.
En la carrera, uno de los uniformados abrió fuego y un balazo atravesó el abdomen y le perforó los intestinos al muchacho. Los motivos por los que el agente disparó no fueron aclarados, pero a Diego los médicos del Policlínico Eva Perón debieron operarlo para realizarle un ano contranatura. Desde entonces, no pudo trabajar.
Ayer a la tarde Diego, según contó Figueroa, estaba tomando "una Coca Cola" con otros compañeros en la vereda de una casa ubicada en Ricardo Núñez al 1600 cuando terminó involucrado en una denuncia formulada por Aniceto Rodríguez en la subcomisaría 23ª. El hombre aseguró que los jóvenes de su grupo lo habían "amenazado", aunque el chico lo negó.
Un rato después, efectivos de esa seccional llegaron al lugar y arrestaron a Diego cuando sus amigos se habían alejado. La detención tuvo ribetes violentos. "El chico les dijo cuando comenzaron a palparlo que tenía el problema del ano, pero no les importó. Lo tiraron al suelo y después le dispararon una bala de goma que le impactó en el pómulo izquierdo", comentó Figueroa. enviar nota por e-mail | | |