| sábado, 20 de septiembre de 2003 | Editorial El pago a los acreedores La Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI) acaban de sellar un acuerdo a tres años que le permite a nuestro país evitar un nuevo default y, a la vez, mantenerse dentro del concierto mundial de naciones. Sin embargo, está claro que el esfuerzo que hay por delante será grande y que el FMI seguirá reclamando reformas estructurales al gobierno del presidente Kirchner.
El Fondo no se conforma solamente con el acuerdo y exigue más. Primero fue la sugerencia acerca de la necesidad de una renegociación con las empresas privatizadas para ajustar las tarifas de los servicios públicos. Ahora, el principal economista del FMI dijo que un acuerdo entre la Argentina y los cientos de miles de tenedores privados de sus bonos es crucial para el crecimiento del país.
Las declaraciones de Kenneth Rogoff llegan pocas horas antes de que el gobierno presente en Dubai, durante la asamblea anual del FMI y el Banco Mundial, una oferta de reestructuración de 90 mil millones de deuda en default desde diciembre de 2001.
En momentos tan decisivos, el informe semestral del organismo exhibe todas las dudas que hay en el exterior sobre las reales perspectivas de la economía nacional. Los técnicos del FMI -que no son infalibles, y ha quedado claro en reiteradas ocasiones- consideran que la recuperación aún tiene puntos "vulnerables" por diversos factores, y enumera: finanzas públicas insostenibles, falta de progresos en la reestructuración de los bancos, alto número de empresas en cesación de pagos, inseguridad jurídica y pobreza muy extendida.
El gobierno, por su lado, demostró que tiene sus propias iniciativas y que está decidido a defenderlas en la negociación. A tal punto que Lavagna ya adelantó algo de lo que puede suceder en Dubai: "Habrá caras largas en varios idiomas" tras escuchar la propuesta.
El pago de la deuda que no está en default se llevará 15 de cada cien pesos que se recauden en impuestos en 2004. Es una cifra récord, que supera en casi un 20 por ciento lo que se pagó este año. Esto representará un esfuerzo que no tiene precedentes en la última década. La Argentina quiere reencontrar su lugar en el mundo, recuperar credibilidad y comenzar a crecer. Puede hacerlo, pero el camino será difícil y demandará nuevos sacrificios. enviar nota por e-mail | | |