| miércoles, 17 de septiembre de 2003 | Un 17 de septiembre... Efemérides 1861: Pavón, uno de los combates más extraños y decisivos de nuestra historia Guillermo Zinni / La Capital La batalla de Pavón, ocurrida el 17 de septiembre de 1861, representó el final de la lucha entre la Confederación Argentina, con sede en Paraná y presidida en ese momento por el abogado cordobés Santiago Derqui, y la provincia de Buenos Aires, gobernada por el coronel Bartolomé Mitre, quien había llevado como su ministro de gobierno a Domingo Faustino Sarmiento. Fue quizá el combate que decidió entre dos modelos de país: "Patria o Muerte" para algunos, y "Civilización o Barbarie" para otros, y que terminó por consolidar la hegemonía porteña. El ejército confederal, comandado por el general Urquiza
-vencedor de Rosas en Caseros- estaba conformado por 17 mil hombres: 8.000 que habían aportado las provincias del centro y 9.000 de Entre Ríos, Santa Fe y voluntarios de Buenos Aires. Las tropas porteñas, al mando de Mitre, contaban, por su parte, con 22.000 hombres, 35 piezas de artillería y una infantería superior a la de Urquiza. Sin embargo el resultado no parecía dudoso, y todo hacía suponer que pasaría lo mismo que en Cepeda, donde Urquiza y Mitre se enfrentaron el 23 de octubre de 1859 y las fuerzas de la Confederación vencieron a las de Buenos Aires. Pero en Pavón sucedería algo distinto, algo tan extraño que todavía es objeto de análisis y discusión entre los historiadores. Ocurrido el choque, la izquierda del ejército confederal arrolló a la caballería porteña y la salió a perseguir hasta más allá de Arroyo del Medio, y no paró sino dos días después en Luján; y el ala derecha de Urquiza derrotó a su par izquierda porteña. Mitre entonces emprendió la fuga, pero Urquiza, imprevistamente, ordenó la retirada de su ejército invicto, y se fue al tranco del campo de batalla, como para demostrar un repliegue voluntario. Inútilmente sus generales le insistieron en la victoria, creían que Urquiza se había equivocado. El general entrerriano se fue para Rosario, pasó por San Lorenzo y de ahí a Entre Ríos, mientras Mitre, luego de superar su incredulidad, terminó recogiendo los laureles de su primera -y única- "victoria" militar. Cuando Sarmiento fue informado del triunfo porteño en Pavón escribió exultante en carta del 20 de septiembre a Mitre: "No trate de economizar sangre de gauchos. Este es un abono que es preciso hacer útil al país. La sangre es lo único que tienen de humano". Y cuatro días después lo felicitó por "la gloria de restablecer en toda la República el predominio de la clase culta, anulando el levantamiento de las masas". ¿Qué pasó realmente en Pavón? Es un misterio no totalmente aclarado todavía.
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