 | lunes, 15 de septiembre de 2003 | En el búnker de Ibarra no se olvidaron de Kirchner Una fiesta descontrolada entre el lujo del Palacio San Miguel La celebración incluyó redoblantes, llantos de alegría e ironías para el perdedor Rodolfo Montes / La Capital Mauricio Macri ya había reconocido la derrota minutos antes de las 8 de la noche. En el búnker de Aníbal Ibarra se esperaba la palabra del reelecto jefe de Gobierno. El Palacio San Miguel, con su piso de parqué de roble, arañas de cristal y arquitectura exquisita, se había convertido en una fiesta descontrolada.
Los militantes, emocionados, se abrazaban hasta el llanto y los cantos "para Macri que lo mira por TV" tronaban sin pausa al ritmo de unos veinte bombos furiosos de alegría. A las 20.35 salió Ibarra y se concretó la explosión. Camisa gris sin saco, sonrisa ancha: "Voy a gobernar para todos, los que me votaron y los que no", aclaró Ibarra para despejar el clima de revanchismo que dominaba el edificio de Suipacha y Bartolomé Mitre.
El discurso duró trece minutos e incluyó un reconocimiento especial para Néstor Kirchner: "En la ciudad de Buenos Aires disputamos dos proyectos de ciudad y dos proyectos de país, y ganó el proyecto de país solidario, el del presidente Kirchner, el que vamos a apoyar desde el gobierno de la ciudad", dijo Ibarra. "Olé olé olé, Lupo Lupo", contestó la enfervorizada hinchada de Fuerza Porteña.
En seguida llegó el agradecimiento para los intendente Mariano Arana, de Montevideo, y Hermes Binner, de Rosario, ambos presentes y partícipes de los festejos en el Palacio San Miguel. Y también hubo un saludo para Felipe Solá, el gran ganador de ayer en la provincia de Buenos Aires.
En un clima enfervorizado, Ibarra prometió cumplir con las promesas electorales mientras las barras gritaban diatribas para el presidente de Boca. Se cantó la marcha peronista y todo derivó en un final de acto caótico, con la presencia del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, levantándole el brazo ganador a Ibarra. El lugar se transformó en un escenario poblado de diversos dirigentes cercanos al ibarrismo, una puesta en escena fervorosa y desprolija de este nuevo espacio progresista, kirchnerista, que incluye a sectores del peronismo y al mismo tiempo los excede.
Para Fuerza Porteña, el triunfo sobre Macri llegó después de un largo padecimiento. "No merecíamos sufrir tanto, debimos ganar más fácil", reconoció un hombre muy cercano a Ibarra, ya relajado y con el resultado puesto.
Todo el espacio que se encolumnó detrás de Ibarra vivió el triunfo de ayer como el fin de una pesadilla. ¿Cómo era posible que con Menem fuera de carrera la ciudad de Buenos Aires quedara en manos de un Macri?, se preguntaban azorados los ibarristas. Finalmente, Caballito, La Paternal, Chacarita, Palermo Viejo, Flores, Almagro, Villa Crespo, los clásicos barrios de la clase media de Buenos Aires se volcaron fuertemente por la opción Ibarra-Telerman. Esta vez la alianza de los "barrios extremos" de la ciudad, los más ricos junto a los más pobres, no tuvo la fuerza necesaria para reeditar la exitosa conjunción social de Menem en los 90.
Dedicado a Macri En el búnker de Ibarra los festejos empezaron temprano. A las 6 en punto Ibarra salió junto al candidato a vicejefe de Gobierno a cantar victoria. Puso la cara y la sonrisa, levantó los brazos y mandó besos a la hinchada. "Todas las encuestas nos dan ganadores por una clara diferencia, no hay empate técnico", gritó Ibarra. "Es para Macri que lo mira por TV", cantaban a esa hora los militantes de remera negra con la inscripción en el pecho "100 por ciento Ibarra". Así, en las primeras horas posescrutinio, los militantes ibarristas armaron un show murguero al ritmo de bombos y redoblantes. Las chicas de Ibarra bailaron su danza del triunfo, despreocupadas, en el lujosísimo Palacio San Miguel, un edificio emblemático de la ciudad de Buenos Aires, donde entre otras cosas se filmó "El exilio de Gardel", la recordada película de Fernando Pino Solanas.
Precisamente, esta vez el ibarrismo eligió aguardar el resultado del escrutinio en el Palacio San Miguel y abandonar el coqueto hotel de Puerto Madero que, en la primera vuelta, había servido de búnker a la gente de Fuerza Porteña. A la luz de los números obtenidos ayer, no faltaron aquellos que dijeron que el "estilo menemista" de aquel hotel había influido en el resultado adverso de la primera ronda eleccionaria.
Sorprendió la confianza que se tuvo el búnker de Fuerza Porteña a las 18 para poner en marcha tamaño festejo. A esa hora todo parecía provisorio, sólo unas encuestas a boca de urna daban ganador al partido de Ibarra y por escaso margen. Sin embargo, los Jóvenes K junto a los ibarristas desparramaban optimismo. enviar nota por e-mail | | Fotos |  | Funcionarios nacionales festejaron con Ibarra. | | |