Rugby: a Gimnasia lo frenaron

Cardenales, con un impecable orden defensivo, lo venció en la Bombonera

Aníbal Fucaraccio / La Capital

El esfuerzo del final no le alcanzó. Ya era muy tarde. Gimnasia cayó por caprichos y errores propios. Nunca supo cómo quebrar a la defensa rival, se repitió invariablemente y no le encontró respuestas al efectivo planteo defensivo de los aplicados tucumanos. Por eso cayó ante Cardenales por 16 a 14 en el parque Independencia, resignando así su invicto en el torneo del Interior y clasificando a la próxima fase en la segunda posición de su zona por lo que deberá cruzarse con Duendes.

El partido fue muy pobre, chato, sin grandes emociones. En el comienzo los dos equipos utilizaron indiscriminadamente los kicks para ganar terreno aunque no siempre eran certeros lo que provocaba inmediatas reacciones del rival. Así la pelota cambiaba permanentemente de dueño.

En un contexto de desprolijidad y paridad contagiosa se producían reiteradas infracciones que se traducían en penales que tanto Molina como Rodríguez se encargaban de transformar en puntos mediante envíos a los postes.

Promediando la primera etapa, Gimnasia -con más voluntad que ideas-, se fue a jugar a campo enemigo. Tosto era el abanderado de los ataques locales y el pie de Molina también colaboraba para avanzar metros. Pero la profundidad en los movimientos no aparecía y en esos pasajes no consiguió marcar. El último tackle de los tucumanos parecía infranqueable.

Sobre el cierre del parcial, Cardenales mostró signos evidentes de reacción. Se hizo fuerte a través de la solvencia de su scrum, de la eficiencia del line out y de su excelente reposicionamiento defensivo. De esa manera, basándose en un orden que nunca perdió, pudo señalar el primer try de la tarde a través de Felipe Billone.

El descanso encontró a la visita adelante por 11 a 6. Parecía demasiado premio. Pero con el correr de los minutos esa diferencia fue encontrando explicación.

A los 3' del complemento Cardenales volvió a anotar utilizando las bondades que recibía del buen funcionamiento de los movimientos posteriores al line (sobre todo el maul). Varela se zambulló en el ingoal local y amplió la ventaja.

A partir de allí el encuentro cayó en un pozo profundo. Era una invitación gratuita al bostezo. Y Gimnasia jamás logró encontrar la forma de cambiar esa realidad contraproducente.

Además los minutos eran crueles verdugos que desataban un apresuramiento absolutamente improductivo entre los mens sana. Recién en el descuento, luego de varias infracciones a su favor, Kolonisky pudo apoyar para coronar tanto sacrificio. Pero lamentablemente no sirvió de nada. Ya era muy tarde.

Gimnasia no pudo con el orden tucumano.