 | lunes, 15 de septiembre de 2003 | "Lo que molesta es cuando se duda de tu honestidad" -¿Qué papel cumplen los hinchas con respecto a los fallos polémicos?
-Ahora es como que están entendiendo lo que pasa dentro de la cancha. Por ejemplo, cuando pasan una jugada tres o cuatro veces por televisión y analizan si era dudosa o no, ahí es cuando entiendo que el árbitro tenía la razón. Es más, nunca hay una cámara dónde está parado el juez cuando sancionó la falta o no lo hizo.
-¿Entonces qué es lo que les molesta cuando los cuestionan?
-Lo que molesta es cuando ponen en duda la honestidad de los árbitros. Siempre digo que si tienen pruebas de que alguien actuó mal, que lo denuncien en la Justicia, no en la AFA. Ese tipo tiene que ir preso. Pero nadie comprueba nada. Todos hablan, que es más fácil.
-Hay árbitros que les molestan a muchos porque se la pasan hablando con los jugadores, ¿qué opinión te merece?
-A veces en beneficioso para el jugador. Por ejemplo, cuando era futbolista, me terminaba echando el que menos pinta de árbitro tenía porque lo volvía loco. Entonces el que sabía que era serio y recto, no me expulsaba nunca porque no le hablaba. A lo mejor con nosotros pasa exactamente lo mismo.
-¿Por eso es que cuando dirigís a Boca el Mellizo ya no te protesta tanto?
-Es que ya le encontré la vuelta. Lo que pasa es que el árbitro tiene 22 jugadores con personalidades distintas dentro de un campo y debe saber llegar a cada uno de ellos de la mejor manera. Hay jugadores que tenés que tratarlos de usted y hay otros que no hace falta. Hay algunos que no entienden cuando les decís «venga para acá».
-¿Cómo te definirías?
-Como un árbitro equilibrado. Siempre apunté a eso.
-¿Pensás que los medios capitalinos cuando pueden te pegan más de la cuenta?
-Me pegarán cuando me equivoco. Pero depende del medio. Hay algunos que no son serios y te pegan siempre. Aunque también hay serios. Lo que pasa es que con los años uno ya aprendió a leer lo que dicen y cómo lo dicen. Al principio salía corriendo a comprar el diario para ver qué decían. Ahora no me desvela leerlo tanto. Uno sabe cuando juega mal o no. O también cuando caen en una disputa como me pasó en Gimnasia-Talleres, que era de trámite normal y te ponen que jugaste mal porque están enojados porque Domínguez no compró jugadores. Por eso cuando empató Gimnasia sobre la hora caí en la volteada. Pero estoy tranquilo pues sé cómo dirigí. Por eso digo que ahora disfruto del arbitraje.
-¿Qué, antes no lo disfrutabas?
-Lo que pasa es que cuando empezás a dirigir primera, es como que volvés a empezar de cero. A los jugadores les pasa lo mismo. Hay chicos que la rompen en reserva pero después juegan dos partidos y desaparecen. ¿Cuántos casos hubo y hay de esos?
-¿Con los árbitros pasa lo mismo?
-Peor. Tenés que superar muchas cosas, por ejemplo que te castiguen. Cuando pasaste por todo eso, entonces te recibiste de árbitro. Y después pasás a ser una persona pública.
-¿Cuándo pasaste esa etapa?
-Después del primer año de arbitraje, donde me fue muy bien por cierto. Es como que tenés más crédito y lo tenés que aprovechar. Pero con el tiempo te calmás y tomás todo de otra manera, aunque eso no te priva de que te puedas equivocar o de que no tengas problemas familiares. enviar nota por e-mail | | |