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 sábado, 13 de septiembre de 2003

El 11 de septiembre fue un autoataque

Hace dos años, cuando sucedió el "atentado" en Nueva York y Washington, unos pocos advirtieron que nada tenían que ver los árabes o fanáticos musulmanes con dicha tragedia. Todo fue fríamente calculado para apropiarse de las incalculables riquezas que existen en el subsuelo de Afganistán e Irak. Este mismo plan de apropiarse de lo que no es de uno mediante un "autoatentado" ya había sido aplicado con éxito por los Estados Unidos en 1898 cuando hizo estallar en Cuba al acorazado Maine. Hay muchos interrogantes que han sido acallados sospechosamente por los medios de comunicación masivos pero, a través de los datos parciales que se han ido filtrando, se puede reconstruir una versión paralela, en un intento de establecer la verdad acerca de lo sucedido el 11 de septiembre. Así, descubriremos que: las primeras informaciones de la CNN dijeron que lo más probable es que los aviones fueran teledirigidos. Esta versión es también la que defienden algunos pilotos. Esto permitiría que los aparatos despegaran, descendieran y volaran a una cierta altura hasta puntos predeterminados que se encuentran en el suelo, por ejemplo una baliza. Los terroristas burlaron a los 14 servicios de inteligencia de distintas reparticiones que posee Estados Unidos. También eludieron la "gran oreja electrónica" que es el sistema Echelon, utilizado por EEUU, Gran Bretaña, Canadá, Australia y Nueva Zelanda para vigilar las comunicaciones telefónicas, de fax, de telex y de correo electrónico, cuya pasmosa capacidad llega a la interceptación de 200 millones de comunicaciones diarias. Los 120 satélites y las 12 bases de la red Echelon ni siquiera sospecharon lo que se venía, o bien callaron algo que no se debía divulgar. Esto plantearía la pregunta acerca de si un sector del establishment político militar estadounidense realizó un ataque dentro de EEUU como una forma de incrementar el apoyo público a una política más agresiva y a reactivar la industria armamentista. Tal vez Bush, o alguno de sus asesores, algún día hablen de más y nos cuenten cómo planearon matar a miles de inocentes para satisfacer intereses abyectos y deleznables a espaldas de toda la humanidad. Basta observar qué naciones se beneficiaron geopolíticamente en estos dos años y quiénes hicieron un gran negocio con esta guerra.

Alberto Seoane



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