| domingo, 31 de agosto de 2003 | Sabores del mundo: Bremen, un rio y dos cocinas Enrique Andreini / La Capital A orillas del río Weser se encuentra Bremen, una urbe antiquísima situada en la región noroeste de Alemania, a sólo setenta kilómetros del Mar del Norte, junto a uno de los siete puertos más importantes del país.
Bremen es una urbe realmente mágica. Tiene el encanto de que quienes la visitan sienten el deseo de quedarse. El cauce del río Weser divide la ciudad en dos zonas netamente diferenciadas.
Sobre la margen derecha la parte antigua (el Altstadt), con sus angostas y tortuosas callejuelas en las que todavía se vive y respira el romántico pasado medieval.
Sobre la margen izquierda la ciudad nueva, el Neustadt (le confieso que no tiene nada que ver con quién esta usted pensando, que no tiene nada de izquierda y menos de moderno).
Amistad y alegría Sus habitantes, están siempre dispuestos a ofrecer su amistad y alegría como sucede en la fiesta de la cerveza que se celebra durante el mes de octubre y que rivaliza con la famosa Oktoberfest de Munich.
Bremen, de fama internacional por la elaboración de cerveza, comenzó su producción en el año 1220 y hasta el día de hoy mantiene intacta su calidad y prestigio.
Sobre la calle Böttcherstrasse se encuentran numerosos y variados establecimientos comerciales que abarcan desde anticuarios hasta armadores de cigarros a mano, pasando por artesanos de objetos de madera y cerámica, y todo ello en tan sólo cien metros de longitud.
Cocina refinada Al igual que existen dos ciudades bien diferenciadas, en relación a su gastronomía podemos decir lo mismo. Junto a una cocina muy refinada y perfeccionada se encuentra otra, no menos deliciosa, pero sí más popular (carnes a la parrilla, pescados braseados, crocantes vegetales, carnes de caza como el jabalí, ciervo y venado, guisotes contundentes, simplemente grillados o en sutiles ahumados).
No se pierda de probar los maravillosos quesos de la región, un refinado mundo de sabores.
Quesos con hierbas aromáticas Quesos delicadamente suaves condimentados con hierbas aromáticas conviven con los avasallantes quesos "azules" y se codean con los que presentan una delicada textura cremosa.
Un párrafo aparte merece su fina repostería, que hace honor a la fama de los alemanes en el delicado arte de crear maravillas sabiendo combinar sabiamente los ingredientes y transformarlos en asombrosos pasteles, de sabor inigualable. Son una verdadera delicia. enviar nota por e-mail | | |