Naturismo: Complementos dietéticos

Actualmente resulta muy difícil llevar una dieta bien equilibrada debido al deterioro de los nutrientes contenidos en los alimentos, por acción de la industrialización, la aceleración en el proceso de maduración y el envasado (enlatados) que destruyen las sustancias vitales.

Debido a ello, nuestra dieta, sin estar descompensada plenamente, puede presentar deficiencias que podemos suplir con facilidad incorporando algunos complementos naturales, al igual que lo hacían nuestros abuelos. Estos productos, de alto poder biológico, protector y preventivo, pueden aportarnos múltiples beneficios. La prevención es el mayor tesoro al hablar de salud, y es un hecho la posibilidad de lograrla.

Miel: un agente terapéutico admitido y aceptado por la mayoría de las culturas de la que se tienen referencias históricas desde el año 7000 a.C. Encontramos recetas con su uso en el papiro de Ebers, el documento más antiguo conocido de la medicina egipcia.

La miel se utilizaba no sólo como alimento muy preciado y medicamento, sino también en los procesos de embalsamamiento, pues se conocía la capacidad de esta sustancia para conservar y preservar los cuerpos.

También era muy apreciada por los atletas olímpicos griegos que la consideraban alimento de los dioses y fuente de energía.

Para obtener 100 gramos de miel las abejas deben visitar un millón de flores, de manera que no es extraño encontrar más de 70 sustancias distintas valiosísimas para la salud.

Su uso más conocido es en el tratamiento del sistema respiratorio, en casos de catarros, resfríos, tos, facilitando la expectoración y calmando la irritación de la garganta, faringe y laringe. En estos procesos contribuye a tonificar el organismo ya que su aporte energético vigoriza el estado general.

No debemos olvidar su efecto antibiótico, pues muchas bacterias según comprobaciones realizadas en laboratorios, mueren en contacto con este producto, por lo que utilizado en forma habitual, juega un papel profiláctico importante para impedir el desarrollo de gérmenes en las vías respiratorias.

Los niños no pueden consumirla hasta después de los 6 meses.

Numerosos estudios clínicos ratifican la efectividad del tratamiento tópico en casos como quemaduras y heridas infectadas debido a que permite la desinfección de la zona tratada.

Podemos tomarla incorporada a multitud de alimentos, inclusive para endulzar infusiones que no estén en su estado de máximo calor.

Polen: es la simiente masculina de las flores que, al entrar en contacto con los pistilos femeninos por la acción del viento, los insectos o los pájaros, fecunda la planta y hace posible la reproducción.

Las abejas, tras recoger el polen, lo mezclan con néctar y saliva formando pequeñas bolas de 6 y 8 mg y lo transportan en sus patas hasta la colmena, donde será el alimento fundamental para la supervivencia de sus miembros.

Su riqueza en minerales, vitaminas y oligoelementos; su alta disponibilidad biológica; su bajo costo y su fácil obtención lo convierten en un agente terapéutico ampliamente reconocido y utilizado.

Se lo puede considerar como un estimulante general, tónico, energético y revitalizante, muy recomendado para personas de edad avanzada y deportistas, ya que proporciona una fuente de nutrientes muy rica y fácilmente asimilable.

Se recomienda una cucharadita diaria, repartida en varias tomas, ya sea disolviéndolo en jugos, agregándolo al yogur o de la manera que resulte mejor.

Aquellos con alergias respiratorias al polen deben consultar a un especialista antes de tomarlo.

u Levadura de cerveza: el pequeño hongo responsable del proceso de fermentación del grano de la cebada, es portador de excelentes virtudes terapéuticas y alimenticias. Al igual que la miel, el uso de la levadura se remonta hasta la cultura sumeria y egipcia (30.000 años aC). En 1876 fue Louis Pasteur quien publicó un libro sobre el tema, a partir del cual se abrieron nuevas perspectivas en la industria alimentaria y se sentaron las bases de posteriores estudios sobre la actividad terapéutica de este producto que originalmente constituía un desecho de la elaboración de la cerveza.

Actualmente el consumo más o menos continuado de levadura de cerveza constituye un importante complemento en una dieta saludable. Los niveles de estrés a los que el hombre actual está sometido hace que su sistema nervioso necesite cantidades adicionales de este grupo de vitaminas.

La levadura de cerveza constituye a su vez una rica fuente de aminoácidos esenciales para aquellas personas que necesiten mantener un aporte equilibrado de los mismos (vegetarianos estrictos).

La actual práctica de moler los cereales eliminando su cáscara o comer arroz blanco en lugar de integral, origina la pérdida de la parte más rica en vitamina B1.

La levadura proporciona un agradable sabor adicional a cualquier plato, de manera que se sugiere incorporar una cucharada a jugos poco ácidos, a la leche de soja, al jugo de zanahoria o espolvorearla sobre ensaladas, verduras, purés y caldos vegetales. La dosis diaria recomendada es de una cucharada sopera (en polvo). Se debe mantener bien tapada pues absorbe humedad fácilmente, lo que puede alterar sus propiedades.

Es recomendable incorporar estos complementos con precaución para evitar un rechazo por parte del organismo. En caso de molestias no deje de consultar al médico.

Laura Locascio

Asesora naturista

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La miel resulta un complemento ideal.