Estado de alerta

Los empleados de Rosario Central están muy preocupados por lo que pueda pasar con su futuro. Es que el despido de doce de ellos cayó como un balde de agua fría y el presidente Pablo Scarabino ya anunció que vendrán otros más debido a la "crisis institucional" que padece el club, según rezan los telegramas y le dijo a Ovacion.

Lo cierto es que varias personas, que cobraban "entre 500 y 900 pesos", según confió una de las damnificadas, la administrativa Mónica Caro, quedaron en la calle y "no nos dieron otra explicación que la de que el club está en crisis. Pero acá hay personas que cobran muchísimo más y siguen trabajando. Con esto el club sólo se ahorra menos de diez mil pesos por mes", dijo ayer por la tarde indignada en radio La Red, porque además contó que "no me querían dejar entrar al club ni siquiera como socia que soy".

Pero esos empleados que menciona Caro también seguirían el mismo camino, porque Scarabino está dispuesto a achicar los gastos y empezó por el hilo más delgado por lo que el grado de ebullición en Central está en su punto máximo.

A su vez, la auditoría contable, que se dará a conocer recién en los primeros días de la próxima semana (no será el viernes 29), arrojarían luz sobre varias irregularidades que se habrían cometido en la gestión anterior, entre ellas varias erogaciones sin justificación.