 | lunes, 25 de agosto de 2003 | Los festejos Una interminable vuelta y una merecida dedicatoria La vuelta olímpica fue interminable, casi eterna. Los mens sana tocaron el cielo con las manos. Quizás los nervios que crecieron en el epílogo del partido hicieron que cuando se desataron fueran simplemente incontenibles. Los aplausos se confundieron con abrazos y llantos, el objetivo estaba cumplido: Gimnasia era el nuevo campeón.
El ritual continuó con la entrega de la Copa Volkswagen, sponsor principal del torneo. Todo era azul y amarillo, alegría, festejos. Sin embargo la vorágine no pudo arrasar el reconocimiento. "Este título se lo dedicamos entero al Bocha (Sebastián Bosch)", señaló el pilar Juan Batilana, elegido ayer como el jugador destacado de la final y merecedor del premio Quilmes-Diario La Capital que semanalmente entregó Ovacion.
-¿Esperabas una final así?
-Sabíamos que no era un partido fácil. Empezamos bien pero después nos quedamos y casi estuvimos a punto de perderlo.
En un costado Rodrigo Borrell, uno de los baluartes de los mens sana en este campeonato, daba rienda suelta a su alegría. No era para menos: siempre quiso ver a Gimnasia campeón y le tocó vivirlo desde adentro de la cancha.
-¿Dónde estuvo el secreto de este campeonato?
-En el grupo. Se armó uno muy bueno y supimos trasladar esa unión a la cancha. Creo que las cosas nos salieron bastante bien.
-¿Cómo vivieron la final?
-Por un momento pensé que se nos escapaba. En el último penal creí que se nos iba... no lo podía entender. Pero nosotros nacimos para sufrir. No íbamos a ganar ni cómodos ni tranquilos. Era obvio que si ganábamos lo íbamos a hacer sufriendo.
-¿Es el comienzo de un nuevo Gimnasia?
-Si llegar es difícil, mantenerse lo es más. La idea, de ahora en más, es seguir así y mantener esto, demostrar que este campeonato no fue casualidad. enviar nota por e-mail | | Fotos |  | El Bocha Bosch fue el centro de la dedicatoria. | | |