| domingo, 24 de agosto de 2003 | Perdió Central Córdoba Hay derrotas que duelen en lo inmediato y que sanan rápido, siempre y cuando no se reiteren los mismos desaciertos que la causaron. Córdoba tuvo síntomas alentadores ante Sarmiento. Reconstruyó el juego atildado que supo ostentar en tiempos no muy lejanos y, de no ser porque no lo supo plasmar durante los 90 minutos y porque algunos aún no entraron en sintonía, el 1 a 0 en contra se hubiera evitado.
La demostración charrúa de los 25 minutos iniciales fue de lo mejor que ofreció en los últimos tiempos. Con Panchito Fernández y Cela Ruggieri, que se alternaron en el rol de creativos. En especial, el ex delantero funebrero que estuvo siempre bien ubicado para recibir y para habilitar al compañero mejor ubicado. Que por lo general fue Vella, con sus trepadas por el lateral derecho, quizás el argumento más contundente para atacar.
Faltó Petrovelli, lo mismo que Pérez y Guffanti. Pero Córdoba igual era más, dominaba la zona de volantes con el despliegue de Ferri y preocupaba. El Pelado asustó con un tiro desde lejos que se fue cerca, y antes el arquero Díaz se estiró para sacar por sobre el travesaño un remate con destino de gol de Melli. Otras aproximaciones completaron la primacía charrúa, al que sólo le faltaba lastimar.
Hasta que Sarmiento se asentó mejor en la defensa y Aranda empezó a ganarle a sus marcadores. Con lucha y esfuerzo compartió la pelota e inquietó con remates de media distancia. Demasiado poco para torcer el rumbo. Cuando Cela Ruggieri se quedó afuera en la segunda etapa por una contractura, un presagio poco alentador se apoderó de los pocos charrúas que llegaron a Junín. Es que había sido el jugador más inteligente. Y la baja perjudicó al charrúa.
Encima Mendoza sacó provecho de su fortaleza física para aguantar de espaldas y encarar con decisión teniendo a maltraer a los defensores charrúas. Ya a los 5' recibió un pase en cortada de Amato para quedar cara a cara con Cancelarich y tocar abajo, para llenarse la boca de gol. Fueron un puñado de minutos en los que Sarmiento dominó. Después Córdoba se recuperó. Claro que no estaba Cela Ruggieri, y Panchito no tenía con quien dialogar. Y para colmo Vella dejó de ser sorpresa porque el local le cerró los espacios que tenía al principio. Entonces fueron apenas incursiones en terreno contrario y no llegadas de riesgo.
Con la impotencia a cuestas, Córdoba sucumbió en Junín. Si algunos se iluminan, si desarrolla el juego que mostró por momentos y conserva el orden pese a las contingencias adversas que le puedan tocar, el rumbo puede ser otro. Ah, y si está Cela Ruggieri. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Aira y Celebroni luchan con Mendoza. | | |