 | sábado, 23 de agosto de 2003 | Síntomas de una mejoría ofensiva Belloso y el Yerbatero Claudio González se complementaron bien, aunque de manera intermitente El encuentro de anoche en Avellaneda tal vez para lo que más sirvió fue para acrecentar la expectativa de que Rosario Central al fin pueda mejorar su capacidad ofensiva luego de la gran etapa vivida en el campeonato anterior. Por primera vez apareció, aunque intermitentemente, el entendimiento entre los dos hombres de punta y eso, se sabe, es un buen indicio para pensar que el equipo de Russo puede ir mejorando en esa necesaria dirección.
Belloso asistió al Yerbatero en varias oportunidades. Gonzalo, yendo por afuera y el misionero, buscando por adentro. Si bien Central carece de un nueve definido como lo era Luciano Figueroa (aunque Herrera y Cámpora tienen esa característica), porque Belloso se mueve por las dos puntas y Claudio González retrocede mucho a buscar la pelota, anoche llegaron a combinar para crear peligro en el área rival. Todo un buen síntoma toda vez, que ambos, quieran o no, cargan con la pesada herencia que le dejaron Lucho y Delgado.
También fue importante en el complemento que los volantes auriazules se comprometieran más con el juego ofensivo, metiéndole cambio de ritmo en los últimos metros y apareciendo en los dominios de Cuenca. A su vez, Ferrari se soltó mucho más que en la primera parte y Papa, que siempre trepó, esta vez lo hizo con más precisión como en la asistencia para el gol del empate del Mellizo.
Russo había dicho luego del partido con Chacarita que a su equipo lo había visto mejorado en cuanto a la producción ofensiva, pero en esta oportunidad, sin dudas que el concepto valió mucho más porque por primera vez hay un atisbo de que Central puede encontrar una dupla de ataque productiva, para lo cual es necesario que ambos se entiendan como lo hicieron en Avellaneda. Es más, en algún momento, sobre todo en el primer tiempo, pareció que la única arma auriazul pasaba por ese diálogo futbolístico, al que después se le agregaron Messera, el Mellizo, Papa y Ferrari. Los dos goles, entonces, no fueron producto de la casualidad y demarcaron el camino que este equipo parece haber tomado como para mejorar en lo que hasta antes de este encuentro era su mayor déficit. enviar nota por e-mail | | |