| domingo, 03 de agosto de 2003 | La Rural quedó al margen de los bombos y abucheos Sin el bombo del Tula ni redoblantes, ni abucheos o silbidos, el franco color de esta edición de la Rural pasó por el andarivel de la armonía, de los aplausos tibios y del fuerte protagonismo que tuvieron las verdaderas vedettes de la exposición: los grandes campeones de todas las especies y el impecable desfile en pista de la tecnología de mayor avanzada que presentó la maquinaria agrícola y los implementos para el campo.
Allí estuvo el redoble pero de los aplausos desde las gradas el picadero, y hasta papelitos multicolores al paso de cosechadoras y tractores de última generación, con cabinas similares a "platos voladores", comentaron asistentes al predio, aunque la definición precisa la dio un chiquillo de pocos años mientras observaba el desplazamiento de los equipos por la pista barrosa.
"Papá, esto es mejor que el show de las 4 por 4 en el pozo y además, después, las podemos tocar", dijo el chico entusiasmado, en referencia al enorme agujero que se abrió en el predio con miras a construir un hotel de "cinco estrellas" que nunca llegó a diseñarse. Es que, voceros de candidatos a jefe de Gobierno porteño tampoco pudieron explicar cuál será el destino final de la gigantesca apertura que se hizo hace años, y que en esta edición de Palermo se utilizó para hacer demostraciones con camionetas todo terreno, para observar desde lo alto del vallado que lo separa del resto de la muestra.
Tras el desfile de caballos criollos y deportivos, escasos ponchos coloridos y exhibiciones a pesar del barro, muchos recordaron que luego de varios años (desde cuando Enrique Crotto presidía la Rural), por primera vez no se cita al Martín Fierro ni se habla del pasado, sino de "pelarla juntos y para adelante").
Contrariamente a lo que esperaba o preanunciaba, la armonía desplazó a promocionadas quejas y reclamos desde las tribunas y la gente del campo y sus protagonistas tuvieron una fiesta tranquila, sin sobresaltos que, tras la finalización del acto, se tradujo en interminables filas de personas que pugnaban por alcanzar "algo para comer".
Porque el mate, café y algunas delicias dulces sólo se vieron desde lejos y estuvieron destinadas a los asistentes al palco oficial, que ayer estuvo más raleado que en años anteriores.
"(El presidente Néstor) Kirchner se lo perdió", fue el comentario saliente de la jornada, aunque no faltaron menciones al desaire, pero fueron tan raleadas como las gradas del palco oficial". enviar nota por e-mail | | Fotos | | Los campeones bovinos posaron para la posteridad. | | |