Billete falso

El motivo de la presente es expresar la indignación e impotencia que siento por un hecho que me ha sucedido, como asimismo alertar a la población y, especialmente, a aquellos que pertenecemos al maltratado sector de jubilados y pensionados. El suceso que deseo relatar es que el día 22/07/03 concurro a cobrar mi haber previsional a un banco ubicado en 27 de Febrero casi esquina Ovidio Lagos, donde me atiende un empleado a los que paradójicamente se denominan "cajeros humanos". Luego de realizar otras dos operaciones que son deducidas del cobro, me da el vuelto en el que incluye un billete falso de cien pesos (Nº 02025271B); no lo detecto en el momento, en primer lugar, porque no sé hacerlo y, en segundo, porque es función del cajero conocer la autenticidad o no del dinero con el que paga. De allí me dirijo a otro banco, sito a unas diez cuadras, en calle Ovidio Lagos 3601, del que soy cliente hace quince años y en el que jamás tuve ningún tipo de problemas. Es ahí donde la cajera detecta la irregularidad del billete, por lo cual decido volver al banco donde había recibido el dinero para hacer el reclamo correspondiente y allí, ante el estupor primero y la indignación después, el cajero admite la falsedad del billete, pero no que haya sido él quien me lo hubiera entregado media hora antes. Es así que decido dirigirme al gerente a cargo de la sucursal y a un gerente zonal que ocasionalmente se hallaba en el lugar. Después de hacerme esperar casi dos horas, tampoco me aportan ninguna solución, por lo que debo regresar con el billete falso, el sentimiento de impotencia y con el perjuicio económico y moral que ello significa. Al otro día, concurro a la casa central de dicho banco, en calle San Lorenzo 1346, pensando que tal vez podrían resolverme el problema, pero pese a la buena voluntad y a la mayor consideración con la que me atendieron, incluso hicieron copias del billete y de los tickets emitidos por el cajero, no pudieron darme una respuesta favorable, lo cual es casi una obviedad ya que el billete falso no salió de allí sino de una sucursal. Es por ello que decidí escribir esta carta, ya que si bien no voy a recuperar el dinero considero que la reflexión que cabe hacer ante un hecho tan denigrante y que, lamentablemente, es parte del "modus vivendi" que afecta a la sociedad de nuestros días, es que podrían existir dos posibilidades: o se trata de una cuestión de falta de idoneidad para ejercer una función o es producto de la mala fe. Ahora bien, ante cualquiera de las dos alternativas la pregunta que surge es: ¿puede esta persona seguir trabajando en el banco como si nada hubiera pasado y poniendo bajo sospecha a toda la entidad?

CI 739.102