| domingo, 03 de agosto de 2003 | HISTORIA Una mirada al abismo cercano Julio Godio desteje la rebelión de 2001, la transición duhaldista y el incipiente modelo neodesarrollista argentino de hoy Julio Godio aborda en su último trabajo, “Argentina: luces y sombras en el primer año de transición” los cambios sociales, políticos y económicos del gobierno de Eduardo Duhalde. La violenta aceleración histórica de los ultimos tres años eclosiona en el vórtice del espiral vivido de distintas maneras por las instituciones y por los ciudadanos en 2002.
En ese lapso se detiene el veterano sociólogo y analista sindical, tomando los acontecimientos aún humeantes y tratando de adelantar lo que alumbrarán. “Argentina: luces y sombras...” fue editado por Editorial Biblos. La tirada de los mil ejemplares de 269 páginas fue finalizada en abril último en Buenos Aires por Laf.
Godio ve que las protestas populares y saqueos que decantaron en la caída de Fernando de la Rúa en diciembre de 2001, responden a una crisis global, una crisis de época, de la que se sale de dos maneras: o bien la ciudadanía recupera sus fuerzas productivas y sociales, o por el contrario se instauran en forma autoritaria las instituciones políticas y económicas que generaron la crisis de la que se intenta salir, es decir, “restableciendo la hegemonía del capitalismo rentístico” oligárquico de los años 30.
Descubre la pelea entre “los de abajo” y “los de arriba” y rescata la labor del Congreso, que a pesar de su enorme descrédito por corruptelas e ineficiencia, establece las bases para apuntalar al Ejecutivo.
Godio desteje la trama oculta de alianzas y peleas de los caudillos peronistas y las razones que cimentan a Duhalde en la presidencia, después de una semana de vacío institucional, el papel de los gobernadores y los tironeos con el FMI y el Banco Mundial, que “no fueron espectadores inocentes” en la crisis argentina. Ve entonces el asomo de un plan económico y social “neodesarrollista” donde el Estado tiene herramientas concretas para establecer un equilibrio entre el mercado interno y la incorporación regulada de la economía nacional en la segunda ola de mundialización de la economía.
silencios expectantes
Con incisiva claridad, Godio posa la mirada en las protestas de los ahorristas y de los piqueteros, pero más aún en uno de los actores más desdibujados en los últimos años: los trabajadores en relación de dependencia sindicalizados y los salariados en negro, que suman unas siete millones de personas, y que no se movilizaron. Tampoco estuvieron los pequeños y medianos empresarios de la producción y los servicios, que generan el 70 por ciento de los empleos. Su silencio fue tomado como prescindencia, pero en realidad, fue expectancia. “Algunos lo explican —esa falta de movilización— por el control de los sindicatos sobre sus bases, otros por el temor de perder su trabajo”, sostiene, pero concluye en que fue la incertudumbre sobre qué camino seguro y viable había que escoger para producir cambios históricos de magnitud.
El mundo del trabajo no fue jaqueado solamente por una absurda retahíla de privatizaciones, principalmente de las empresas del Estado construidas con el aporte de años de toda la Nación, también fue golpeado duramente por el acomodamiento que impone esta tercera revolución tecnológica establecida de prepo por la informática y las comunicaciones, que decantará en una reformulación sindical profunda.
El proceso de globalización generó informalismo, precariedad, desocupación y desamparo, y una precariedad económica que licuó el apoyo popular a las instituciones más representativas. Para que se revierta esa situación, Godio cree que Duhalde y Néstor Kirchner deberán demostrar que pueden tras de sí a una mayoría peronista contundente y que el nuevo gobierno es capaz de alcanzar un Estado “neodesarrollista” fundando una nueva etapa de larga duración de estabilidad y crecimiento económico. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Duhalde peleó contra el vacío institucional. | | |