Dos legisladores radicales se insultaron en plena sesión

Escándalo en Diputados por la jubilación de D'Ambrosio

"Basaldella es un succionador de calcetines", gritó el celeste. La respuesta fue del mismo tono: "No tenías qué comer"

"D'Ambrosio se arrodillaba ante Usandizaga porque no tenía qué comer, y así fue diputado nacional. Ahora resulta que lo critica", castigó Miguel Basaldella en plena sesión de la Cámara de Diputados santafesina. "Basaldella es un alcahuete y succionador de calcetines; un infame", le respondió enardecido Angel D'Ambrosio.

El inusitado cruce verbal entre los dos diputados del radicalismo en la Cámara baja dejó perplejos a los legisladores presentes. La conventillesca contienda significó el cierre de una semana cargada de acusaciones que había comenzado cuando, al lanzarse como candidato a intendente por un sublema del Partido Socialista, D'Ambrosio tildó a Horacio Usandizaga de ser "una persona cansada, viajera y ausente" y también de "acólito del reutemenemismo".

Al día siguiente le respondió Basaldella, calificándolo de "monaguillo del socialismo". Tomando nota de un comentario sobre la jubilación de privilegio que durante un tiempo cobró D'Ambrosio y del retroactivo que algunos estiman podría percibir dentro de dos años de alrededor de 300 mil pesos, lanzó: "Si los políticos estamos desprestigiados en la sociedad, cómo quedaríamos con esto, si llega a embolsar ese dinero".

"Es una infamia", gritó D'Ambrosio en la sesión, desencajado. "Injuria, injuria pura. Existe la donación del beneficio a una entidad de bien público y Basaldella lo sabe. Hay miles de jubilaciones y se la toman con el único que la dona", vociferó.

Ante 40 diputados que escuchaban azorados, D'Ambrosio continuó dándole rienda suelta a su indignación con palabras cargadas de saña: "Basaldella es un alcahuete y succionador de calcetines; un infame. Yo ingresé a la política de la mano de (Raúl) Alfonsín, y Usandizaga me llamó para que sea su secretario de Gobierno. Le di lujo y lustre a ese gobierno, y cuando huyó (por la renuncia del Vasco a la Intendencia), el que tuvo que poner la cara fui yo. En medio de la huida de todos los radicales, el único que puso la cara fui yo".

Tras la catarsis, el dirigente celeste hizo alguna referencia acerca de que Basaldella estaba viejito. No hizo más que provocar una nueva andanada del dirigente usandizaguista: "Yo prefiero ser un viejo, pero con la cola limpia. Cobraré la jubilación cuando cumpla los 65 años, no antes".

Basaldella apuntó que D'Ambrosio, de 63 años, seguramente tramitó el haber jubilatorio (de unos 3.100 pesos, que percibió durante un tiempo) mucho antes de llegar a cumplir 60 años, y cuando tenía el cargo de diputado nacional.

Tanto Basaldella como D'Ambrosio fueron funcionarios de Usandizaga cuando éste fue intendente de Rosario desde 1983 a 1987. El Vasco fue reelecto, pero renunció dos años más tarde al consagrarse Carlos Menem presidente.

D'Ambrosio fue secretario de Gobierno y Basaldella, secretario privado. Las relaciones fueron cordiales (D'Ambrosio fue diputado nacional entre 1987 y 1995) hasta mediados de los 90, cuando los caminos de ambos se bifurcaron. Basaldella siguió junto a Usandizaga y el movimiento Convergencia y D'Ambrosio adhirió al radicalismo Celeste.

A pesar de sus diferencias, los saludos se entrecortaron pero nunca se produjo la animosidad de esta semana. Es que Usandizaga es candidato a intendente por la centroderecha de Recrear (en unión con la democracia progresista) y D'Ambrosio competirá en los próximos comicios en alianza con el socialismo.

"Si no gano, ayudaré a que lo haga una persona sana y honesta como Miguel Lifschitz", declaró D'Ambrosio el lunes pasado al lanzar su candidatura. Cualquier cosa, menos que gane el Vasco.