Se trata de un predio ubicado en el barrio La Cerámica

Más de un centenar de personas usurparon un terreno municipal

Quieren construir sus viviendas. Está proyectada una plaza, pero hasta ahora sólo hubo un basural

Más de un centenar de personas ocuparon ayer un predio municipal ubicado en el barrio La Cerámica. Decidieron alambrar el terreno público y dividirlo en parcelas para levantar allí un asentamiento. "Necesitamos lugar para construir nuestras casas", repitieron una y otra vez las mujeres que fueron quienes encabezaron la movida. Desde hace décadas está proyectado construir una plaza en el lugar. Pero hasta ahora sólo hubo un basural gigante. Funcionarios de la Municipalidad acordaron con los pobladores del sector realizar una reunión hoy, a las 10, para encontrar una solución a las demandas planteadas. Participarán de las conversaciones representantes del Servicio Público de la Vivienda, Promoción Social y Control Urbano.

Natalia Duarte tiene 26 años y dos hijos. Vive bajo el mismo techo con su hermano y su cuñada, quien está a punto de parir. Las dos familias comparten una habitación. "Es muy difícil vivir así", señaló la joven que ayer decidió ocupar el terreno de la esquina de Molina y Calle 1, ubicado junto a la fábrica Cerámica Alberdi.

"Estoy decidida a quedarme acá hasta que me puedan solucionar el problema", repitió Duarte, quien consideró que "a veces para que las autoridades entiendan lo que le pasa a la gente es necesario que le planten una carpa frente a la Municipalidad". Y ayer se mostró decidida a recurrir a esa alternativa si fuera necesaria.

Pero ella no fue la única que reclamó por un espacio. Al rato de ubicarse en ese predio, otros vecinos siguieron sus pasos. A primera hora de la tarde ya eran más de 30 las familias que pretendían construir sus casas en ese lugar.

Los vecinos de la zona recuerdan que desde hace más de 35 años ese espacio está destinado a convertirse en una plaza pública. Pero en realidad, hasta ahora sólo logró ser un basural gigante que la gente del barrio logró limpiar lentamente. "La basura que se acumulaba era tanta que algunas veces tapaba la calle Molina y el colectivo 153 no podía pasar", comentó Carlos Machuca. Este albañil de 44 años tiene seis hijos y también reclama un pedazo de tierra para poder levantar su casa.

Más de un centenar de personas, en su gran mayoría mujeres y chicos, trabajaban ayer en el lugar delimitando el terreno con viejos alambres oxidados y ahora reciclados. Algunos jóvenes colaboraban realizando los primeros pozos para plantar los postes con maderas y tirantes precarios.

"Lo único que hay aquí es necesidad", dijo María, una de las mujeres que se aprestaba a pasar la noche en el lugar.

Efectivos de la comisaría 30ª y del Cuerpo Guardia de Infantería se apostaron en el lugar para controlar la situación y evitar desbordes.

A las 17.30 arribó al lugar el jefe de departamento de la Dirección de Control Urbano, Juan Carlos Valenzuela, quien señaló a los que estaban realizando la ocupación que la maniobra era "ilegal". Inmediatamente tuvo que escuchar un sinfín de reclamos como el de otra mujer, madre de mellizos, que vive junto a su hermana que tiene ocho hijos. Esa familia, compuesta por catorce personas habita tan sólo en dos habitaciones de 4 metros cuadrados cada una. "No podemos seguir viviendo así", reclamaron los vecinos.

"No sé por qué después de tanto tiempo todavía no se hizo la plaza. Quizás porque nunca hubo presupuesto", dijo Valenzuela, quien admitió que "es preferible" que el terreno sea entregado a los vecinos en lugar de ser un basural. Tras conversar con los ocupantes, Valenzuela convocó a una reunión para hoy, a partir de las 10, en la Parroquia Itatí. Participarán representantes de Control Urbano, del Servicio Público de la Vivienda y de Promoción Social. "Aquí hay un problema social y político que resolver", agregó.

Los ocupantes limpiaron el terreno.