Rosales paró antes de que se produzca una fatiga

Mauro se cansó ayer, en un duro día de entrenamiento en Mar del Plata

Gustavo Conti / Ovación

Mar del Plata (enviado especial).- Fue tanto el esfuerzo que hizo ayer el plantel de Newell's Old Boys a la mañana, que durante el entrenamiento vespertino Mauro Rosales tuvo que parar antes de que pueda producirse una fatiga muscular. Entonces el Bambino volvió a hacer el enroque de los Rosales en todos los trabajos tácticos para cuidar al niño mimado, al hombre que le genera esa explosión en ataque que tanto lo desvela.

El trabajo durante la mañana fue muy intenso pese a que Newell's venía de jugar una hora de fútbol el viernes ante rivales marplatenses. El profesor Alfredo Weber no los perdonó en el trote matutino en el parque Camet, como así tampoco en los ejercicios de fuerza y velocidad que le siguieron. Por eso, a la tarde varios estaban con la lengua afuera y uno de ellos fue Mauro Rosales, quien luego de un ejercicio táctico paró para evitar que el cansancio muscular pueda generarle algún dolor de cabeza.

El partido de fútbol reducido que vino después no tuvo entonces la participación de Mauro y en su reemplazo estuvo Paulo Rosales, un jugador en el que el Bambino tiene depositadas muchas esperanzas porque lo considera un jugador que no se esconde y de mucha dinámica.

El resto del equipo que plantó como titular en una Villa Marista poblada por jugadores de un torneo amateur interno, fue el mismo que viene utilizando en lo que va de la pretemporada (excepto Palos, que viajó a Rosario a conocer a su hija), una muestra de que el Bambino parece tener las cosas claras y no está probando demasiado.

Otra vez estuvo Ponzio sobre la izquierda, y el Chavo Ruiz y Pablo Villar sobre la derecha, y Marino de enganche. Esos puestos, sumado al del arco que hoy es de Palos, son los que parecen en discusión pero Veira no lo ve así. Hoy habrá jornada libre y mañana retornarán los dobles turnos en parque Camet y Villa Marista. El martes será nuevamente día de prueba futbolística, donde Veira seguirá observando si tiene que meter mano o si le gusta dejar todo como está.