| miércoles, 16 de julio de 2003 | LANZAMIENTOS 307 SW: un lujo para la familia La rural de alto de gama de Peugeot viene con techo de vidrio y funcional esquema de asientos. Se presenta con motores 2.0 naftero y diesel HDi, y caja manual o automática secuencial Tiptronic Jorge Kaplán / La Capital La Semana de la Independencia y la provincia de Tucumán fueron la lógica coincidencia de espacio y tiempo que eligió Peugeot para lanzar en el país al 307 SW, una rural de lujo con particulares detalles en materia de confort y funcionalidad.
En lo formal, el 307 SW es un clásico vehículo rural familiar (extiende la parte trasera del 307 berlina con 10 cm más entre ejes), pero con elementos que lo vuelven especial, sobre todo dos: un techo vidriado que se extiende sobre las dos primeras filas de asientos, y la amplia modularidad de las butacas.
A la hora de pensar vehículos destinados a la familia y el esparcimiento, los diseñadores recurren a ampliar las superficies vidriadas para que los ocupantes tengan un mayor contacto con el exterior. En este caso el techo vidriado permite incrementar ese efecto (un tercio de la superficie del 307 SW es transparente), sin afectar el confort ni la seguridad.
Al respecto, los hombres de la casa francesa destacaron que este techo está constituido por numerosas capas de cristales laminados atérmicos (sólo pasa el 12% del calor) separados por materiales plásticos, con un espesor de 40 mm. De esta forma, no se recalienta el habitáculo, mientras que en los ensayos de impacto, particularmente vuelcos, se comprobó que no afecta la seguridad de los ocupantes. Incluso se aseguró que mejora la rigidez torsional del chasis, comparada con un techo tradicional de chapa.
Además, el techo cuenta con una persiana interior con comando eléctrico bien a mano de los ocupantes de atrás.
El otro elemento distintivo es la modularidad de las butacas. Sobre este punto merece aclararse que en Europa el 307 rural se presenta como dos modelos distintos: el 307 Break y el 307 SW. La diferencia es que el Break no tiene el techo de vidrio, ni la modularidad de los asientos traseros, por eso se eligió para traer a la Argentina a la versión top que es el SW.
Las butacas delanteras son regulables en altura y la del acompañante puede rebatirse totalmente. Las posibilidades atrás se multiplican: la segunda fila de asientos posee tres butacas individuales con desplazamiento longitudinal, son rebatibles y además pueden extraerse. El auto tiene los anclajes necesarios como para reubicar a dos de estas butacas en el lugar de una tercera fila de asientos, con lo cual las configuraciones posibles son múltiples.
En Europa, el 307 SW viene con tres filas de asientos, completando siete plazas, pero esto no estará disponible en el modelo que llega a la Argentina, pudiéndose solamente reubicar las cinco butacas disponibles. La causa esgrimida por los directivos de Peugeot es de seguridad: el reglaje de las suspensiones de las unidades destinadas a la Argentina fue modificado hacia arriba para adaptar el modelo a los mayormente malos caminos criollos. La tercera fila de asientos está sobre el voladizo trasero, y con la modificación de la suspensión, no resultaba aconsejable cargar al auto con los siente pasajeros y el equipaje ya que en los ensayos se tornaba inestable. Se aclaró que en nada se afecta la seguridad en caso de reubicar las cinco butacas.
Tres opciones El 307 SW se presenta en tres versiones: dos nafteras con motor 2.0 que difieren en la caja y el equipamiento, y una turbo diesel common rail HDi. La caja del 2.0 Premium y el HDi Premium es manual de cinco marchas. La segunda opción naftera trae una caja automática Tiptronic de cuatro velocidades con comando secuencial y tres modos de funcionamiento: Normal, Nieve y Deportivo. El modo Nieve sirve para evitar patinamientos en superficies muy resbaladizas, y arranca directamente en segunda. El modo Deportivo hace los cambios a un régimen de vueltas más elevado.
Además, la caja automática -desarrollada conjuntamente por Peugeot y Renault- identifica el estilo de manejo entre 33 programas distintos de acuerdo a la velocidad con que es accionado el acelerador, y 9 "leyes de marcha" que evalúan las condiciones del camino y la carga.
En la prueba de manejo a lo largo de los sinuosos caminos de los cerros tucumanos, tanto la caja manual como la automática se mostraron eficientes, claro que con la Tiptronic la mejor respuesta se obtuvo en el modo secuencial y utilizando las marchas en las cuales el motor estuviera más "alegre".
Tanto en los tramos rectos como en lo sinuoso, el comportamiento dinámico resultó muy bueno y muy agradable de manejar. Las razones son varias: se puede lograr una posición de manejo óptima, la dirección es muy fiel y el andar estable, sumado a un freno eficiente y progresivo.
En la presentación sólo se pudieron testear las versiones con motor naftero, un impulsor que no presenta sorpresas ya que es un viejo conocido: es el 2.0 que viene en el 206 más potente, 306, 307, 406 y en el 607 más chico.
La dirección es electrohidráulica lo que reduce el consumo de combustible y aísla al volante de las vibraciones del camino, autoadaptable según a la velocidad, la velocidad de giro del volante y la temperatura de aceite del circuito hidráulico.
El 307 SW se presenta como una rural de lujo que se posiciona por precio entre dos gamas de vehículos con los cuales compite: es algo más caro que los monovolúmenes tipo Renault Scenic, Chevrolet Zafira o Citroën Picasso, pero más barato que modelos como el Volkswagen Passat rural.
El 307 SW naftero 2.0 con caja manual cuesta 70 mil pesos; el 2.0 con caja automática Tiptronic, que incorpora más equipamiento (ver infografía) sale 76.900 pesos; y el turbodiesel HDi cuesta 72.800.
Los hombres de Peugeot plantearon en su estrategia comercial privilegiar un nivel de equipamiento de alto de gama, al precio, ya que consideraron seducir a un público más acomodado que prefiere un auto que "tenga todo" aunque haya que desembolsar unos pesos más. enviar nota por e-mail | | Fotos | | |