Año CXXXVI Nº 49901
Política
La Ciudad
La Región
Opinión
Información Gral
El Mundo
Policiales
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Escenario
Economía
Mujer
Turismo


suplementos
ediciones anteriores
Salud 09/07
Autos 09/07


contacto

servicios

Institucional

 domingo, 13 de julio de 2003

Análisis: La vieja política resiste en Santa Fe

Mauricio Maronna / La Capital

La insufrible lucha por los cargos corroe a los partidos santafesinos. En un escenario preelectoral dominado por roscas interminables, dobles discursos y manías típicas de la vieja política, la ley de lemas reaparece como el reglamento de un juego en el que todo vale y nada se pierde. Salvo el sentido común, claro.

Una semana después de que Elisa Carrió anunciara la ruptura y bombardeara con fuego amigo a sus socios, recibiendo como respuesta ensordecedores disparos de artillería, la Confederación Encuentro Progresista (o como quiera que se llame una vez que el Tribunal Electoral se expida sobre su legalidad) está dispuesta a desempolvar a sus espadachines, deseosos de mirar a cámara y sostener al unísono: "Aquí no ha pasado nada". ¿A quién le importa que casi nadie resista un archivo?


Los principios y los cargos
Como se escribió el domingo pasado (con las huellas todavía intactas de las bombas racimo que Lilita lanzó sobre la bota santafesina), la pirotecnia constituye apenas un episodio más de una interminable novela, donde cada personaje intenta sobrefacturar su valor electoral. ¿O vociferar que el intendente Hermes Binner "hace alianzas con el pasado" y Rubén Giustiniani "es menor" deja de tener sentido cuando le ofrecen al ARI mejores lugares en las listas? "Si piensan eso de Lilita es porque no la conocen. Acá no se trata de cargos, sino de la reformulación de la política. El eje tiene que ser ARI-socialismo. Sabemos que si aceptamos ir en conjunto por una mera cuestión de bancas quedaremos expuestos a la crítica. Y tendrían razón en atacarnos", confiesa por lo bajo un referente de Carrió.

Mientras casi todo el socialismo se preparaba para pegarle en bloque a la chaqueña, Binner guardó silencio y le pidió cautela a la tropa: entendió que en política todo tiene retorno y que necesita los votos de la diputada. "Con un par de carguitos (sic), la Gorda vuelve corriendo a sacarse la foto", dijeron cerca de él.

La guerra de las bancas está terminando de extinguir a la UCR, que hoy se debate entre el terror de tener que ir como un sublema del PS o quedar navegando a la deriva tras la reaparición cismática de Horacio Usandizaga, otro que descargó fuego amigo y puso su horizonte en una eventual alianza con la democracia progresista y Recrear. "Los radicales se encierran a hablar diciendo que están solucionando los problemas de la gente, pero lo único que hacen son gárgaras", graficó hace décadas Juan Domingo Perón, aunque parece que fue ayer.

La alocada carrera por un cargo también produjo un episodio extraño en la política doméstica: el PDP vomitó puertas hacia afuera un escándalo de proporción, detonante de la suspensión de las internas. Las gravísimas acusaciones de la diputada nacional María Emilia Biglieri harán que a esta hora el mejor tribuno que tuvo la provincia, Lisandro de la Torre, esté revolcándose en su tumba.

Frente a semejante fresco de la realidad opositora, algún desprevenido podría lucubrar que el PJ descorcha champán. Nada más alejado de la verdad. El oficialismo tiene candidatos relámpago (deciden subirse pero a las 24 horas los bajan) y su suerte electoral depende casi exclusivamente de que Carlos Reutemann (pese a las heridas) traccione votos para todos los sublemas desde su candidatura a senador nacional.

El Lole tuvo que estar cara a cara con el presidente Néstor Kirchner para consensuar algunos de los nombres de los postulantes a diputado nacional, y resistió a Ricardo Peirone hasta que el jefe del Estado le blanqueó "el interés personal y político" para que el intendente de Rafaela esté en la lista. El santacruceño, hoy codeándose con los líderes de la Tercera Vía, pidió seguir de cerca "los movimientos del Lole". Cuando el viernes le comunicaron que el gobernador respetaría la solicitud del presidente, un operador kirchnerista respondió aliviado desde su celular: "El Alemán tiene código. Y eso será valorado por el Lupo, más allá de que algunos aprendices quieran verlo derrotado en Santa Fe". Una altísima fuente de la Casa Rosada dijo el jueves a La Capital que varios ministros miran con recelo los movimientos del jefe de Gabinete (Alberto Fernández), quien les pone los pelos de punta a los duhaldistas.

Reutemann tomó nota de que el maratón "antifraude legal" de Binner tuvo una escala con la subsecretaria de Relaciones Institucionales, Marta Oyhanarte, quien reporta a la Jefatura de Gabinete. "Dicen que el abrepuertas es Alberto, pero el otro Fernández (por Aníbal, ministro del Interior) también recibió las denuncias", comentó con paranoia, anteayer, un ultrarreutemista. "Quedate tranquilo, Aníbal es peronista. Pero, por las dudas, dormí con frazada", intentó calmarlo su interlocutor, tan conocedor del mapa pejotista como sabedor de que para cerrar el acuerdo entre el kirchnerismo y Reutemann aún faltan algunos broches.

Mientras el Lole sigue empujando a Alberto Hammerly para que deje de "pistonear" y encare la recta a toda velocidad, Jorge Obeid fue al santuario de la Casa Gris con su compañera de fórmula, María Eugenia Bielsa, y su colorido menú de candidatos a intendente, que incluye a María Rosa Stanoevich (a la centroderecha de su pantalla) y al cura Joaquín Núñez, el sacerdote que hoy sorprenderá a los lectores de este diario por sus conceptos sobre la lucha armada (ver página 4)."Es la ley de lemas, estúpido", podrán decirles los obeidistas a quienes marquen el detalle. Y si no, que miren a la alianza. Lo único que no falta en esta campaña es la contradicción.

¿Habrá caras nuevas, renovación dirigencial y referentes atractivos en las nóminas de candidatos a diputado y senador nacional, legislador provincial y concejal? ¿Se acordarán peronistas, socialistas, radicales y demócratas progresistas de que para gobernar es necesario tener un programa, trazar un norte y dejar de lado, aunque sea por unas horas, las chicanas y el discurso berreta? Deberían agendarlo con sólo repasar las encuestas, que siguen mostrando al "no sabe/no contesta" como ítem preferido.

La única noticia positiva para la sociedad (indiferente frente al espectáculo de fuegos de artificio) es que después de los siete días locos que se van a vivir a plena postulación, las listas estarán integradas y definitivamente cerradas.

Empezará la hora de la verdad y se terminará el juego de las apariencias. ¿O también a esto habrá que ponerle un piadoso signo de interrogación?

enviar nota por e-mail

contacto
buscador

  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados