Argentina tiene el más alto desarrollo humano de Latinoamérica y está 34 en el mundo

La calificación, de Naciones Unidas, está basada en la esperanza de vida al nacer y la tasa de alfabetismo

La Argentina se ubica en el puesto 34 del índice de desarrollo humano (IDH), a la cabeza de América latina y entre los países de alto desarrollo humano liderados por Noruega, según el informe 2003 de la Red Mundial del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud), dado a conocer ayer.

El índice se calculó en 175 países a partir de los valores del 2001 de los indicadores de esperanza de vida al nacer y de la tasa de alfabetización de adultos; del valor para el año 2000-2001 de la tasa bruta de matriculación primaria, secundaria y terciaria, y del valor para el 2001 del PBI per cápita, ajustado sobre la base de la paridad del poder adquisitivo en dólares.

La ubicación de la Argentina en el puesto 34 del IDH se explica por la incidencia de los indicadores más estructurales (esperanza de vida al nacer, tasa de alfabetización de adultos y tasa combinada bruta de matriculación) que han tenido históricamente un desempeño satisfactorio, y por el hecho de que este informe computa el valor PBI per cápita del 2001, antes del advenimiento de la profunda crisis económica.

Hasta ese momento, el índice de desarrollo humano en Argentina había crecido en forma sostenida en los últimos 25 años, pasando de 0.785 en 1975, a 0.849 en 2001. El índice para Noruega -que ocupa el primer lugar entre 175 países- fue en 2001 de 0.944.

Si bien en el concierto de los 175 países, Argentina toma el puesto 34, en América latina se posiciona como el primero, seguido por Chile (38), Uruguay (40), Brasil (73) y Paraguay (90).

El IDH es una medida sinóptica de los adelantos medios de un país en las capacidades humanas básicas, en tres aspectos fundamentales: una vida larga y saludable, buenos conocimientos y un nivel de vida decoroso.

Respecto al primero, la esperanza de vida al nacer es en Noruega de 78,7 años; en Argentina, 73,9; en Chile, 75,8; en Uruguay, 75; en Brasil, 67,8, y en Paraguay, 70,5 años.

En lo referente a los conocimientos, se evalúa la tasa de alfabetización de adultos (desde los 15 años) y la tasa bruta de matriculación combinada en los tres niveles de enseñanza.

La tasa de alfabetización de adultos de Noruega es del 99 por ciento; en Argentina, 96,9; en Chile, 95,9; en Uruguay, 97,6; en Brasil, 87,3, y en Paraguay, 93,5 por ciento. La tasa bruta de matriculación es de 98 por ciento en Noruega, 89 en Argentina, 76 en Chile, 84 en uruguay, 95 en Brasil, y 64 en Paraguay.


La incidencia del PBI
Tener acceso a un nivel de vida decente guarda estrecha vinculación con el PBI per cápita. Para valorarlo, el Pnud lo convirtió a dólares estadounidenses sobre la base de la paridad del poder adquisitivo (PPA) de la moneda de cada país durante el 2000.

Así, resultó que el poder adquisitivo per cápita de Noruega fue estimado por el informe en 29.620 dólares; el de Argentina, 11.320; el de Chile, 9.190; el de Uruguay, 8.400; el de Brasil, 7.360, y el de Paraguay, 5.210 dólares.

El estudio del Pnud también tuvo en cuenta la distribución de las capacidades humanas básicas entre hombres y mujeres.

En relación a esto, la esperanza de vida de las mujeres argentinas supera en siete años a la de los hombres (77,4 y 70,3, respectivamente) y la tasa de matriculación educativa es nueve puntos más alta (94 por ciento para las mujeres y 85 para los varones).

En cambio, la tasa de alfabetización adulta es idéntica en la Argentina para los dos sexos (96,9 por ciento), pero la estimación del ingreso por trabajo remunerado es de casi un tercio menos en el caso de las mujeres (6.064 dólares anuales) que los hombres (16.786 dólares anuales).

El sistema de la ONU en la Argentina ha venido trabajando en la elaboración de un informe sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio y en vistas a la crisis vivida, ha incorporado un objetivo vinculado al desempleo y la protección social, y adaptó las definiciones de los correspondientes a equidad de género y educación.


Las metas para 2015
Las metas propuestas para el país son: erradicar la indigencia y el hambre en el 2015, asegurar que en 2010 todos los niños y adolescentes puedan completar los tres niveles de educación básica (10 años), y en 2015, todos los niveles de educación (EGB y Polimodal).

También se busca reducir el desempleo a una tasa inferior al 10 por ciento en 2015; incrementar la protección social a dos terceras partes de la población, y erradicar el trabajo infantil.

Una mayor equidad de género también deberá alcanzarse para 2015, mediante una mejor participación económica de la mujer y una reducción de la brecha salarial entre hombres y mujeres; asimismo, se deberán mantener los niveles de igualdad de género alcanzados hasta 2000 en el ámbito educativo, y aumentar la participación de la mujer en niveles decisorios.

Otras metas son reducir en tres cuartas partes la mortalidad de menores de 5 años y en un 20 por ciento la desigualdad entre provincias, de aquí al 2015; y en dos tercios la tasa de mortalidad materna y en un 20 por ciento la desigualdad entre provincias.

Para el 2015 se deberá haber detenido e iniciado la reversión de la propagación del sida, reducido la incidencia de la tuberculosis un 8 por ciento anual y de muerte por tuberculosis en un 10 por ciento anual, y también haber certificado la interrupción de la transmisión vectorial de Chagas en todo el país.

Para ese año se deberá lograr que todas las políticas y programas hayan integrado los principios del desarrollo sostenible; haber revertido la pérdida de recursos naturales; reducido en dos tercios la proporción de habitantes sin acceso al agua potable y sin saneamiento básico, y en la misma proporción, la cantidad de residentes en villas miserias y asentamientos irregulares. (Télam)