| sábado, 05 de julio de 2003 | Piden que se investigue a dos NN sepultados en el cementerio de Melincué Alumnos dieron datos a Abuelas de Plaza de Mayo Silvia Carafa / La Capital Firmat. - Un grupo de alumnos de la Escuela Pablo Pizzurno, de Melincué, entregó a la presidenta de la Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto, un informe sobre dos NN enterrados en el cementerio de esa localidad, después de que sus cuerpos masacrados fueron encontrados en 1976 en un campo de la zona. La entrega se hizo en el marco de una visita que hizo Carlotto a la ciudad de Firmat para presidir una jornada sobre derechos humanos.
"En Melincué siempre se comentó que en 1976 se encontraron en un campo los cuerpos de un hombre y de una mujer que fueron sepultados como NN en el cementerio y que nunca fueron reclamados", explicaron los alumnos de 3º polimodal de la Escuela Pablo Pizzurno, que llegaron a Firmat atraídos por la posibilidad de entregar la documentación que habían elaborado a partir de dichos datos.
Los muertos, de unos 22 o 23 años, aparecieron el 26 de septiembre de 1976 en un campo del distrito de Carreras. El joven tenía puesto un pantalón común, una polera marrón de tipo banlon y un saco, mientras que la chica estaba semidesnuda. Ambos tenían señales de haber sido torturados y quemados y, cada uno de ellos, la marca de un golpe dado con una Itaka cerca del ojo derecho. La Justicia tomó huellas digitales y fotografías y los sepultó como NN en el cementerio de Melincué.
En su momento, el juez Carlos Risso, recientemente fallecido, le explicó a los alumnos que el rastro del saco del chico asesinado llevaba hasta una sastrería de Villa Cañás, pero las investigaciones no llegaron más lejos que eso. Entre las hipótesis que se barajaron es que la joven podría haber sido una chica desaparecida en San Juan en 1976, cuya fotografía apareció publicada en los diarios.
Según los alumnos todo el pueblo conocía este hallazgo pero el miedo siempre fue más fuerte que las intenciones de conocer la verdad sobre los jóvenes masacrados. Algunas diligencias de oficio ante la Conadep y el Registro Nacional de las Personas, habida cuenta que se tienen las huellas dactilares, no prosperaron. "Al enterarnos que venía Carlotto, decidimos venir con nuestra profesora de Formación y Etica Ciudadana, Juliana Cagrandi, y la directora, María Cristina Farioli.
"Debemos hablar y tratar de ubicar la identidad de estos jóvenes que eran casi de nuestra edad cuando los privaron de su libertad y sus derechos, no queremos que eso vuelva a pasar", aseguraron Agustina Rosenthal, Alejandro Cepi, Romina Maori y Celia Goñiel, que quieren incentivar a los demás jóvenes para que tengan actitudes parecidas como única garantía de lograr un cambio. enviar nota por e-mail | | |