Brutal agresión de dos jóvenes ladrones en Francia y Ameghino

Asaltan a una embarazada y le dan una paliza para robarle una moto

Uno de los delincuentes se enfrentó a tiros con un policía del Comando y fue herido. El otro consiguió escapar

Una mujer embarazada de ocho meses recibió una brutal paliza por parte de dos delincuentes que la cruzaron en avenida Francia y Ameghino para robarle el ciclomotor en el cual se movilizaba. La golpiza fue feroz y terminó con la víctima tirada en el piso y los ladrones llevándose el rodado, pero un policía de civil que pasaba por el lugar salió en persecución de los maleantes. Poco después se produjo un tiroteo y un adolescente de 14 años, que resultó herido en una pierna, fue arrestado con un arma de fuego y el rodado en su poder.

El ataque de antenoche hizo recordar un caso casi calcado y que tuvo un final trágico. Carla Palma, una mujer de 27 años que viajaba en moto al trabajo, fue atacada el 23 de junio en Sucre al 1000 por dos menores de edad que intentaron robarle la moto. La chica recibió un golpe cuando intentaba evadir a los delincuentes, perdió el control del rodado y murió al estrellarse contra un árbol. Los responsables fueron capturados.

Esta vez la historia tuvo un desenlace distinto. A pesar de los golpes que recibió en todo el cuerpo, el embarazo de Celia Fernández sigue su curso normal y Karen nacerá a principios de agosto. La mujer tiene 36 años y vive en una humilde casa de Ameghino al 3000, junto a sus hijos: Julio, de 19 años, y Abril, de 3.

El jueves a la noche, la necesidad de que su hijo Julio, el único sostén de la casa, consiguiera un empleo impulsó a Fernández a salir a buscarlo en el único medio de transporte que posee, un ciclomotor Juki.

Julio se encontraba en con su novia, de visita en la casa de un amigo en 27 de Febrero y San Nicolás. A Celia le habían avisado que le habían conseguido al muchacho un puesto en una verdulería y que debía presentarse ayer a primera hora de la mañana. Eran poco más de las 23, recién había parado de llover y la calle de tierra estaba a punto de transformarse en un lodazal. No obstante, Celia decidió salir con los riesgos que puede acarrear conducir una moto en estado de gravidez. "Lo que pasa es que si mi hijo no trae los diez pesos que le pagan por día, en casa no comemos", contó la mujer a La Capital mientras contenía las lágrimas.

Un grueso hematoma que le cubría el ojo derecho, enrojecido por un derrame, era la huella más visible del castigo que sufrió. En la puerta de su humilde vivienda, Celia relató la secuencia del ataque. Salió de su casa despacio por el barro hacia Francia. Cuando llegó a la avenida se encontró con dos muchachos, uno a pie y otro en bicicleta, que se le acercaban, pero jamás pensó que pudieran hacerle daño. Los ocho meses de embarazo son más que evidentes y Celia creyó que al menos no la lastimarían.

Pero se equivocó. El delincuente que estaba a pie se arrojó sobre ella. "Hija de mil puta dame la bicicleta", gritó el ladrón y luego le estampó un golpe en la cara con un objeto contundente que la mujer no alcanzó a ver. "Fui una estúpida porque me resistí. Lo agarré de un brazo y forcejeé con él. Por eso el otro, que estaba en bicicleta, también se metió y me tiró al piso. Por suerte puse las manos y no golpeé con la panza. Les pedí por favor que no me pegaran, que estaba embarazada, pero igual me dieron varias patadas", agregó la mujer.

Los delincuentes huyeron con la Juki y Celia quedó lastimada en la calle. Enseguida apareció un hombre en moto que se identificó como agente del Comando Radioeléctrico, y luego de socorrer a la mujer, salió en persecución de los maleantes. Según fuentes de la Unidad Regional II, el policía de civil detectó a uno de los sospechosos muy cerca del lugar del asalto. La versión oficial indica que el delincuente, que utilizaba la moto de Fernández, recibió a balazos al agente y que éste a su vez repelió la agresión.

El ladrón, de 14 años, recibió un disparo en la pierna izquierda y fue alcanzado por el policía, quien le confiscó un revólver calibre 32. El cómplice, en cambio, logró escapar.

Celia muestra las huellas del duro castigo.