El Septeto Matamoros se presenta esta noche en la sala Lavardén

Emilio Matamoros: "Las compañías discográficas usan la salsa para confundir a la gente"

El director de la agrupación defendió al son como la música tradicional cubana

U. G. Mauro / La Capital

El Septeto Matamoros está liderado por Emilio y Rubén Matamoros, bisnietos de Miguel Matamoros, uno de la próceres de la música popular de la isla caribeña. El grupo se presenta hoy, a las 21.30, en la sala Lavardén, Sarmiento y Mendoza, para presentar los temas de su sexto trabajo discográfico, "Nuestra herencia".

La agrupación musical está integrada por Emilio Matamoros (dirección general y percusión menor), Rubén Matamoros (tumbadoras), Raúl Pérez y Luis González (cantantes), Damián Romero (guitarra), Alexander Cosme (requinto), Yoedis O'Conor (bajo y dirección musical), Fernando Samuel (bongoes) y Ulises Ladrón (trompeta)

"Vamos a presentarnos con cosas como el son, el bolero son, la guaracha, la conga y el pregón, que son ritmos cubanos y negros que caracterizan a los más genuino de la cultura, la tradición y la idiosincrasia de nuestro pueblo", adelantó a La Capital Emilio Matamoros, quien descalificó a la salsa por ser un género "promocionado" por los músicos cubanos radicados en Estados Unidos.

-¿Por qué a su música no se le debe decir salsa?

-Porque es un nombre comercial que engloba a nuestros ritmos y a los del Caribe, Puerto Rico, etcétera. Es algo que nació en los años 90, un invento de músicos de Puerto Rico y Estados Unidos para diferenciarse del son cubano. Es algo que, por suerte o por desgracia, le sirvió a la gente que tiene el poder en los grandes consorcios discográficos. Con esa denominación sólo logran confundir a la gente, porque mezclan todo, incluso lo nuestro, por que el son es son y la salsa es salsa.

-¿Sólo ejecutan ritmos cubanos?

-Las formas de nuestros ritmos se hallan sólo en Cuba. Se dice que en otros lugares del Caribe existe el son, pero ya es algo muy diferente a lo nuestro, que tiene raíces africanas puras, ritmos españoles y cosas como las rumbas. Es a Miguel Matamoros, nuestro bisabuelo, a quien se le atribuye la difusión del auténtico son.

-Pero, no obstante ser algo inventado con criterio comercial, el fenómeno de la salsa a ustedes los favoreció...

-Sí, lógicamente. La salsa o timba, como la lamamos en Cuba, también contribuyó a que se nos conociera, aunque no nos consideramos pertenecientes a eso. La música cubana que nosotros hacemos ya en el año 28 le venía gustando a los consorcios y en el mercado internacional lo que realmente mas se escuchaba en materia de música cubana era Miguel Matamoros, Benny Moré y Joselito Fernández, que eran los tres autores más codiciados y conocidos a nivel internacional. En los años 90, la mal llamada salsa ingresó incluso a Cuba y en el 96, con el estreno de "Buena Vista Social Club", se logró que el son cubano recupere su valor como música que nos identifica.

-¿Qué importancia les atribuyen a las letras de las canciones en el son, la guaracha y en los demás ritmos? ¿Todo se subordina a lo bailable y festivo?

-A nosotros nos preocupan las dos cosas, porque el son, en su surgimiento, trató tanto una temática amorosa como descriptiva de la idiosincrasia del pueblo. También sirvió para caracterizar correctamente a los gobiernos, hablar de la situación social o cualquier otra cosa. Se trata, eso sí, de dejar un mensaje pero buscándole el lado guaracha, picante, bailarín y si se quiere humorístico.

-¿Qué tiene en común su música con las expresiones tradicionales de Cuba?

-Los músicos como Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, para poder llevar adelante ese movimiento que lideraron debieron remontarse a los viejos autores y ritmos cubanos. Pablo Milanés, especialmente, tiene muchas grabaciones de sus comienzos en las que cultiva ese estilo original de la música cubana, y hoy está volviendo desde su propio sello grabador a rescatar muchas de esas expresiones, con los discos de Omara Portuondo, Pancho Amá y otros personajes de "Buena Vista Social Club".

-¿Qué pasaba antes de la película con Ibrahim Ferrer o con Compay Segundo?

-Hasta la película, esa gente estaba retirada, pero había quedado el recuerdo de su obra. Ya eran leyenda y siguen siendo material de estudio para nosotros los más jóvenes. Cuando vino Ry Cooder, decidió rescatar y reunir todo ese talento a puro riesgo, y eso tuvo una repercusión muy grande ya que ocurrió en pleno auge de la mal llamada salsa en Cuba. Cooder y su proyecto también tuvieron un gran apoyo del Ministerio de Cultura por querer rescatar esa tradición.

El Septeto Matamoros cultiva el son cubano.