| sábado, 05 de julio de 2003 | Producción. En el Congreso anual de Aacrea se presentó una radiografía del sector dentro la economía argentina El peso justo de la agroindustria Según el trabajo, si se tiene en cuenta toda la cadena, la participación del campo llega al 40% El peso específico de la agroindustria en la economía argentina genera debates en torno a los alcances en la generación de riqueza, empleo y la importancia como sector estratégico dentro de las políticas públicas y privadas para el crecimiento y desarrollo del país. En el marco del XXII Congreso Regional Sur de Santa Fe que culminó ayer en Rosario, el departamento de Economía de Aacrea (Asociación Argentina de Consorcios de Experimentación Agrícola) presentó una exhaustiva radiografía del sector agroalimentario, que revela su evolución en las últimas décadas.
En 1993 el sector primario representaba el 5,8% del producto bruto interno (PBI), mientras que la industria alimentaria tenía un 4,1%, lo que totaliza un 9,9% del producto bruto interno (PBI). En cambio, en el 2001, el sector agroalimentos en su conjunto pasó a representar el 12,4%. Una cifra que trepó varios escalones más tras la megadevaluación.
El trabajo a cargo del economista Teodoro Zorraquín resalta que sin considerar el sector servicios, la agroindustria representa el 30% de la producción de bienes del país, "una incidencia que se ve más claro en materia de exportaciones", destaca. A partir de 2001, el sector muestra una importancia relativa mayor a la que tuvo desde 1980 hasta fines de la década del 90.
"Lamentablemente no es un dato que pueda ser interpretado como crecimiento de la industria de alimentos, sino como un sector que relativamente ha sufrido menos la crisis", aclara el informe que presentó Aacrea en el congreso.
Según el dossier, el comportamiento de la economía en su conjunto, durante el período 1990/1998 mostró un crecimiento significativo, en el que se recuperó toda la economía "no agroalimentaria", mientras que el sector acompañó ese crecimiento, aunque a una tasa menor.
Por otra parte, el crecimiento sostenido en cantidad de hectáreas sembradas, en rendimientos y en tecnología en tan corto plazo como se produjo en el sector agroalimentario explica cómo creció a pesar de las significativas variaciones en los precios internacionales.
La participación histórica del sector agropecuario en su conjunto a lo largo de la segunda mitad del siglo XX fue declinando respecto de los sectores secundario y terciario (otras industrias, comercio y servicios). Sin embargo, esto no se tradujo en un retroceso en la producción, que en la última década prácticamente se duplicó, sino la relación con el resto de la economía.
La participación del sector agropecuario primario en el proceso de agregado de valor en el país (medido en términos de PBI) es relativamente baja. "Esto tiene su lógica ya que a medida que un país va desarrollando su economía los sectores de producción de bienes básicos tienden a perder importancia frente a a aquellos de bienes más complejos y servicios (que por definición tienen un mayor valor agregado)", apunta.
Para dar una idea de esto, en la economía argentina más del 65% del PBI está generado por sectores productores de servicios. De todos modos, "es importante resaltar que el producto bruto agropecuario (PBA) muestra sólo la producción primaria. La importancia del sector aumenta significativamente si se toma en cuenta la articulación de toda la cadena, incluyendo el sector de servicios conexos, desde transporte hasta financiación y exportaciones". El relevamiento relevó que varios autores señalan una participación del 40%, si se toma en cuenta el total de la cadena productiva.
Dentro del producto bruto agropecuario, el sector agrícola (que incluye cereales y oleaginosas) representa el 56%, seguido con el 42% por el pecuario (producción animal) y la silvicultura (aprovechamiento forestal) con un 2%. Algunos autores señalan para el 2002 una participación más importante de la agricultura (mayor al 60%), disminuyendo la participación pecuaria.
El ritmo de crecimiento El trabajo de Aacrea comparó la tasa de crecimiento del sector agroalimentario en los últimos veinte años con el resto de la economía. Arrojó que en los 80, la agroindustria creció a una tasa anual del 1,1%, mientras que el resto de la actividad económica decreció a un ritmo de 1,4% anual acumulado.
En tanto, en la década del 90, época en la que sufrió todo tipo de altibajos en el plano internacional -incluidas crisis financieras con gran volatilidad en los precios de los comodities- y sintió la ola aperturista y desregulatoria en el frente interno, el sector agroindustrial creció a una tasa anual del 4,1%, mientras que el resto de los sectores de la economía promedió 6,1%. Además, durante esta década la agroindustria recibió un escaso porcentaje de las inversiones extranjeras que se realizaron.
La rubro agroalimentario representa más del 50% en las exportaciones argentinas . Para el equipo económico de Aacrea, en un recorrido a los últimos cincuenta años de la historia del país se puede encontrar la explicación sobre la aparente contradicción entre la relativamente baja participación del sector en el PBI y su elevada performance en las ventas al exterior. "En nuestro país los bienes y servicios se han desarrollado para el mercado interno, mientras que lo que ha demandado el mundo de la Argentina han sido bienes primarios (fundamentalmente productos agropecuarios, petróleo y gas)", señala.
De todas formas, la participación relativa de los productos agropecuarios en las exportaciones disminuyó en los últimos años (del 75% entre 1984/1986 al 51% en el período 1999/01), habiendo aumentado su participación las manufacturas de origen industrial (MOI) y los combustibles de energía. Al tiempo que aumentó el peso de las manufacturas de origen agropecuario (MOA) respecto de los productos primarios en los últimos años.
En el análisis sobre el desempeño exportador de la Argentina en los últimos veinte años resalta que en los 90 las exportaciones del sector agropecuario (primario más manufacturas) crecieron a una tasa dos veces mayor a la de la década anterior (5,9% versus 2,7%), señala el informe.
"Es significativo ver que el mayor crecimiento se dio a inicios del 90, con un incremento del 10,1% anual acumulado. La segunda parte de los 90 no fue tan vertiginosa, y sufrió importantes altibajos, entre otras cosas por la caída de precios internacionales de los granos (que conlleva caídas en precios de aceites y harinas) que inició a medianos del 97 y se profundizó en 1998 y 1999", explica el trabajo.
Respecto a la tasa de crecimiento de las exportaciones en la última década (92/00) el promedio rondó el 10%. "El aporte que hizo el sector agropecuario fue del 6% anual acumulado. Aun así por el crecimiento que tuvieron las manufacturas industriales y las exportaciones de combustibles y energía, la tasa de participación bajó del 68% al 50%", destaca el dossier.
De los productos exportados dentro del sector sobresale el Complejo Oleaginoso, que representa casi el 40% de las ventas al exterior. En segundo lugar están los cereales con una participación del 18%. Otro 28% se distribuye entre frutas, hortalizas y derivados (8%); pesca (6%); pieles y cueros (6%); carnes (5%); lácteos y huevos (3%). El 15% restante corresponde a otros productos de menor importancia relativa.
Ahora si el cálculo sobre la participación de los diferentes rubros es medida por complejos, dentro de las diez más importantes aparecen cinco que pertenecen al sector agropecuario (oleaginosos, cereales, origen bovino, frutihortícolas y forestal).
Otro ejemplo sobre el peso del sector agroalimentario dentro de la Argentina queda reflejado en la comparación con los principales países competidores en el rubro, donde queda relegada detrás de otros productos, señala un informe de Aacrea con el que apunta a reubicar el status quo de la producción agroindustrial en la economía real. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Más de 300 productores participaron del congreso. | | |