| sábado, 05 de julio de 2003 | Noticias del clima Escasas precipitaciones amenazan una gran zona triguera La importante zona triguera que se extiende al sur de la diagonal Santa Rosa, en La Pampa, y Tres Arroyos, en Buenos Aires, se encuentra en niveles de almacenaje críticos. Si bien esto lo hemos comentado en artículos anteriores, las escasas precipitaciones de los últimos días no han hecho más que consolidar una situación extrema que en muchos casos se traduce en sequía.
En este sentido se vuelve relevante conocer cual será el panorama de las precipitaciones durante el mes de julio, sobre las diferentes zonas de la región pampeana.
En la zona antes mencionada, probablemente muchas de las siembras de ciclos largos y aún intermedios se verán paralizadas a la espera de precipitaciones que permitan una recarga del perfil de suelo. La situación se extiende a algunas áreas del noroeste de Buenos Aires, General Villegas, de La Pampa y del extremo sur y sudoeste de la provincia de Córdoba.
Las zonas trigueras ubicadas al norte de la cuenca del Río Salado (bonaerense), incluyendo el este de la provincia de Córdoba no tendrían problema con la provisión de agua. Desde el noroeste de la provincia de Buenos Aires hacia el sudoeste de Córdoba, la oferta de agua sería algo más restringida.
Focalizando la atención sobre el sudoeste, aún queda tiempo para las siembras, dado que según las distintas variedades este período puede extenderse hasta septiembre.
Por otro lado, esta área no tiene estadísticamente un invierno tan seco como la zona ubicada más hacia el noroeste, desde el punto de vista de las reservas. En este sentido las siembras se posibilitarían aun con lluvias inferiores a las normales.
Si a las características predominantemente frías y de escasa evapotranspiración, le sumamos las técnicas conservacionistas de implantación el panorama se vuelve algo más alentador. A pesar de esto, si terminando el invierno o entrando en primavera persiste el comportamiento actual del régimen pluviométrico, las reservas profundas se verían significativamente afectadas y el desarrollo de la planta sufriría un importante impacto. En el corto plazo no se prevén precipitaciones que saquen la zona del actual estado de almacenajes.
La pregunta es entonces qué posibilidad tiene esta zona de recuperar el estado adecuado de las reservas, por ejemplo, durante el mes de julio. De ser así, el daño no sería mayor, ya que el trigo atraviesa sus primeras etapas y en éstas el stress hídrico no tiene tanto impacto sobre los rendimientos como en etapas posteriores.
El escenario deseable Simulando el cultivo trigo en tres localidades del sudoeste pampeano, hemos estimado cuál sería la precipitación deseable para el mes de julio, es decir, la necesaria para pasar de reservas deficientes a reservas óptimas a lo largo de este mes.
Así vemos que en Santa Rosa, por ejemplo, son necesarios unos 47 milímetros, mientras que en julio se registran normalmente 20 milímetros. Allí, la probabilidad estadística de obtener en julio una lluvia acumulada que alcance o supere la necesaria es inferior al 10%.
Pasando a la provincia de Buenos Aires, en Pigué, por ejemplo, son necesarios unos 35 milímetros, siendo la medida normal de este mes de 22 milímetros. La probabilidad estadística de registrar 35 milímetros de lluvia o más en julio es del 14%.
Análogamente, en Tres Arroyos sería deseable que se sumaran unos 60 milímetros durante julio, que parece mucho en comparación con los casos anteriores. Sin embargo allí la lluvia normal de julio alcanza los 42 milímetros, y la probabilidad de alcanzar o superar la marca de 60 milímetros figura alrededor del 20 por ciento.
Consultora de Climatología Aplicada
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