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 miércoles, 02 de julio de 2003

La imitación de formatos es una fórmula para arriesgar sobre lo seguro
La televisión clonada es el reflejo de la falta de ideas en la pantalla
Mientras "PNP" sigue adelante con su juicio sobre "TVR", hay guerra de bloopers entre Telefé y el 13.

Pedro Squillaci / La Capital

La televisión hace copiado rápido. Hay decenas de programas parecidos entre sí. El efecto espejo no falla, suma audiencia y se multiplica. Es más, hasta originó batallas judiciales para dirimir quién es el dueño de los formatos. "Perdona Nuestros Pecados" (PNP) fue el primer envío que se encargó de reirse de los errores que se ven en la tele. Y cuando estaban en la cresta de la ola, "Televisión Registrada" le birló la idea y con una leve vuelta de tuerca coparon su franja horaria. Este año surgieron programas que revisan éxitos pasados ("Rec" y "Rescate emotivo"), otros que analizan lo que se ve ("Yo amo a la tv" y "De medio a medio"), los que repasan la programación del canal ("Vale la pena", "Lo mejor de la semana"), y los que hacen biografías de personajes conocidos ("Protagonistas únicos" y "Retratos de vida").

El porqué de este fenómeno se explica con una pregunta: ¿Para qué probar con algo nuevo si esa idea ya funciona en pantalla". O sea, no se arriesga y se suma rating. Negocio catódico.

Copiar es lo más fácil. Se hace algo parecido, se pinta otro decorado, se ponen otros conductores y listo. Es lo mismo pero diferente. Ejemplos hay de sobra. Quizá uno de los más contundentes es "De lo nuestro lo peor", con la dupla Rubio-Rottemberg y "Nosotros también nos equivocamos", con Axel Kutzcheviasky. En realidad, son autobombos del 13, en el primer caso, y de Telefé, en el segundo. Ambos muestran las perlitas de los programas mas populares. O sea, cuando al gitano Osvaldo Laport se le lengua la traba o cuando Fabián Vena no resiste la risa y dice "mi amlor" en lugar de "mi amor". El trabajo es de los que seleccionan los videos de los programas. Lo demás es edición, una buena presentación, palo y a la bolsa.

"Hace tiempo que la tevé es clonada, pero ahora está cada vez peor. El caradurismo que se ve es increíble. El problema básico es que no hay ideas", dijo Guillermo Blanc, uno de los conductores de "Yo amo a la TV", que se emite los viernes, a las 22, por Canal 7.

"Hay mil ejemplos -graficó-, si sale un magazine con Georgina Barbarrosa por un canal, meten a otro igual con Carmen Barbieri. Sin embargo, la televisión argentina es una de las mejores del mundo", remarcó Blanc.

El periodista Osvaldo Bazán no tiene el mismo enfoque. "Cada caso merece una lectura distinta", consideró. Y criticó a algunos productores de la televisión argentina porque "acá todos inventaron todo". "Por ejemplo -agregó-, los noticieros tienen formatos parecidos porque son estructuras básicas, en las que se modifica uno o dos chiches distintos y nada más. Y el tema de mostrar bloopers es viejísimo, nadie se puede atribuir su invención".

Bazán negó que el programa "De medio a medio" -cuyo panel integra y se ve los viernes a las 22 por TN, y se repite a la 1- sea una copia de "Yo amo a la TV". Encima, su compañera Any Ventura participó en el envío de Canal 7. "Al relacionar ambos programas hubo una confusión. Es que en la primera emisión le hicimos una nota a Adrián Suar y a Claudio Villaruel, que fue muy fuerte, y pensaron que hacíamos lo mismo. Pero nosotros hablamos de radio y gráfica, y eso no lo hace "Yo amo a la TV", insistió.

Cuando salió al aire "Operación Triunfo", por Telefé, generó cierta atracción en el público. Había voces interesantes, se veían las clases de los coachs y las galas eran los programas más vistos de los domingos. A los 15 días de este estreno surgió "Escalera a la fama", por el 13. Era otro concurso de canto, con otras voces, con un sistema similar de elección de los ganadores, con otros profesores, y con otro conductor, obvio. Pero la esencia era la misma. La confusión de la gente era tal que muchos individualizaban los envíos como "Escalera al triunfo" y "Operación a la fama". Eso sí, Andy Kustnezoff (¿se acuerdan del notero zarpado de "CQC"?) destacó en uno de los últimos programas que: "Yo me emociono pero no lloro en cámara" para establecer diferencias con Marley, quien se quebró en vivo en uno de los envíos finales.

Los realitys tuvieron lo suyo. "Gran Hermano" fue un suceso de Telefé y sacudió un poco la modorra televisiva de la tele de los 90. Pero pese a que llegaron a la tercera saga, las principales críticas apuntaron a que los participantes pasaban horas sin hacer nada. En 2001, Azul TV quiso hacer una copia "con contenido" e inventó "Reality reality". Allí, actores como Edda Bustamante y Martín Karpan, entre otros, le pusieron dramatismo ficcionalizado. Fue un bochorno.

La tevé clonada sigue su rumbo. Y la única arma para zafar de eso es crear productos originales. A nadie se le ocurriría inventar un unitario llamado "Los engañadores" para imitar "Los simuladores". Quien se anime a hacer eso se le caería la cara de vergüenza. Aunque, quién sabe, a lo mejor ya está en la cabeza de algún cerebro de la pantalla.

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Gianola yMorgado en el quinto ciclo de "TVR".

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