| miércoles, 02 de julio de 2003 | Cierre del Jardín Sadop "Había una vez..." Así es como siempre comienza mi seño y es cuando corremos a sentarnos en una ronda con todos mis amigos porque comienza ese viaje por un mundo imaginario lleno de fantasías, el que comparto desde los 5 meses. Había una vez un jardín como un caracol; como un caracol yo tengo una casa y tengo un jardín donde el sol que pasa me dejó jugar junto a mis amigos. Y una señorita que casi es como mi mami me ayudó a crecer cada vez más fácil. Y a descubrir que en este mundo hace ya dos años que soy muy feliz. Pero hoy la historia de había una vez me llena de tristeza, porque ese sol que traía de un salto, ese compartir con mis amigos va a ser solo parte de mi historia, tan sólo recuerdos. Dentro de poco (el 11 del corriente, día en que el Jardín Sadop cerrará sus puertas) mi seño Flo no estará aferrando mi mano, no escucharé su dulce voz al despertarme, ni sus retos cuando hago una travesura. Tampoco mis amigos estarán aquí. Ya no tendré mi Jardín. No entiendo, ya no estarán Juan Cruz, ni Micaela, María, Valentino, para jugar o pelear. Como un caracol ya no tendré la sala con esos juguetes que son mis juguetes, los que me enseñaron a compartir. Mi salita azul donde tantas veces dormí y mi arenero, las baldosas verdes de ese patio de mi querido Jardín Sadop. Había una vez un adulto grande que en mis sentimientos y en mí no pensó, cortó mis alas, rompió mi ilusión, hablaba difícil, pero sus promesas no cumplió y aunque nadie entendía, su misión era cerrar el jardín. Yo les pido a ustedes, los grandes que deben dar el ejemplo, el que yo debo imitar, que me dejen traer el sol hasta aquí, para hacer un garabato, dibujar a mamá y papá y armar en el aire un corazón, tener una casa y tener mi jardín con todas mi seños y volver a viajar a ese mundo de sueños.
Bruno Agustín Nasazzi
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