| domingo, 29 de junio de 2003 | Una campaña con ribetes de hazaña Del peor promedio a la Copa Sudamericana El exitismo viaja a la velocidad de la luz en la Argentina. En el fútbol, hay algunos focos bastante más pronunciados. Central es un caso. Un canalla puede pasar de preocuparse por el descenso a ilusionarse con el título sin escalas. Los auriazules son capaces de realizar esa metamorfosis en apenas un segundo.
Por eso, este parece el momento indicado para recordar algunas cuestiones que sólo quieren cumplir con el ejercicio de la memoria que seguramente puede cumplir con el objetivo de darle la verdadera dimensión a las metas que cumplió el equipo de Russo.
Nadie debe perder de vista que Central arrancó, allá por el Apertura cuando lo dirigía César Luis Menotti, con el peor promedio de los equipos de primera con excepción de los ascendidos Olimpo de Bahía Blanca y Arsenal.
Unión, casi descendido, inició el derrotero 4 puntos arriba de Central, Huracán 18 y Talleres 10. El equipo de Arroyito les sacó, sumando Apertura y Clausura, 19 a los tatengues, 42 a los quemeros y 17 a los tallarines. Impresionante.
Como si eso no fuera suficiente, sumó la cantidad de puntos suficiente como para instalarse entre los 5 mejores equipos de la temporada.
Anoche, con el punto que consiguió en el sur del Gran Buenos Aires, se olvidó de la promoción e inmediatamente quedó clasificado para disputar desde fines de julio la Copa Sudamericana.
Y el bonus track. Si Boca se consagra pentacampeón de América el miércoles en San Pablo frente a Santos, Central jugará la edición 2004 de la Copa Libertadores de América. enviar nota por e-mail | | |